miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cuento vegano de Navidad

En Nochebuena mi tía llamó diciendo que algo le había sentado mal, pero no era nada extraño porque es muy delicada del estómago.

El día de Navidad mi familia comió como si no hubiera crisis: marisco, pavo, cordero... Nosotros nos quedamos llenos con el seitán al vino que nos preparó mi madre. Todo iba bien hasta que a media tarde empezaron los dolores de barriga y las caras pálidas, así que nos tuvimos que recoger pronto y a Fernando y a mí, que éramos los únicos que no nos encontrábamos mal, nos tocó recoger y fregar los platos.

El día de Sant Esteve, a pesar de las buenas intenciones, fue imposible reunirnos. Toda mi familia al completo sufría de diarrea y vómitos. Mi hermano, para variar, además estaba resfriado. Viendo que la cosa iba a más llamé al hospital pero me contaron que estaban colapsados y que no eran los únicos. Me explicaron que eran muchos los casos con el mismo cuadro clínico. En la televisión incluso se empezaba a hablar de una epidemia que podría estar afectando a medio mundo. Todo apuntaba a que la causa de la enfermedad era la carne, ya que todos los afectados la habían consumido en las fiestas navideñas, pero todavía no habían podido identificar el virus que la provocaba. El problema era de grandes magnitudes y ya os podéis imaginar que empezaba a cundir el pánico. La gente se estaba yendo por la pata abajo.

Así que estamos a día 30, es mi cumple pero no estoy para celebraciones. En verdad, este fin de año parece que tenga que ser el fin del mundo. Pero no era en el 2012 cuando tenía que pasar algo gordo?

Nota1. Lo que ellos no saben es que Dios, con toda la móvida de la ILP, se ha empezado a interesar en los derechos de los animales (sí, le ha costado un poco) y después de mucho leer y mucho indagar en internet se ha hecho vegano y ha decidido dar un susto a la humanidad mandando una señal, bastante poco sutil, por cierto. Hubiera sido más fácil y elegante echar mano de la iluminación, pero él es más de mandar señales. Aunque, la verdad sea dicha, tampoco tiene mucha fe en que esta vez le funcione porque no sería la primera vez que los humanos no acaban de pillar sus indirectas.

Nota2. Lo que Dios no sabe es que muy probablemente no exista o almenos no en forma de señor gordo y barbudo que reparte castigos y perdones desde un trono de nubes. Lo que sí que es seguro es que como seres humanos tenemos la capacidad de guiar nuestras vidas con la voluntad de ser mejores y hacer el mundo un poco mejor. De hecho, la regla de oro de la ética, no hacer a los demás lo que no quieras que te hagan a ti, es la base de todas las religiones.

Nota3. Y para acabar... Mi mayor deseo para estas Navidades es que cada vez seamos más los que incluyamos en nuestros sentimientos de amor y compasión a las criaturas más vulnerables que hay sobre la tierra y que sienten y padecen igual que tú y que yo.

Sin señales, ni castigos, ni perdones... Paz, amor y prosperidad para todos!!

sábado, 11 de diciembre de 2010

Traición a la madre

Es un título un poco dramático y algunos puede que lo vean exagerado, pero yo creo que la adopción del veganismo puede vivirse como una traición a la madre.

Hace no mucho alguien me escribía en el blog que un profesor suyo había comentado en clase que era más fácil que alguien cambiara de religión que de dieta. Yo, puede que muy alegremente, le contestaba que hacerse vegano no era difícil y lo comparaba con una mudanza: pasas unos días de agobio pero enseguida todo vuelve a la normalidad. Sigo pensando lo mismo pero también es verdad que alimentarse no es sólo una necesidad fisiológica, sino que tiene mucho de cultural e incluso un componente emocional importante. En este sentido, al profesor no le faltaba razón.

En cualquier caso, un cambio es una crisis y puede que sea especialmente duro cuando lo que cambias son tus hábitos más básicos, los que te han transmitido desde pequeño. Una vez, una compañera del foro me dijo que para ella hacerse vegana había sido como una traición a si misma. Me hizo gracia porque yo había pensado algo parecido, aunque en lugar de pensar en una traición a mí misma, había pensado en una traición a mi madre, que viene a ser lo mismo o parecido.

Puede que me coma mucho la cabeza, pero tampoco es una idea tan descabellada. Hemos crecido entre los olores de la comida que nos hacía nuestra madre y un buen día renegamos de todo eso y empezamos un camino nuevo, sin referentes. No tenemos el estofado de tofu de la abuela, ni las albóndigas de seitán de la mama... Nos quedamos un poco huérfanos.

Pero al final, y aquí quería llegar, las aguas vuelven a su cauce. Nos instalamos bien en nuestra nueva casa y estamos contentos con el cambio. Hemos salido ganando y, en cualquier caso, tenemos la satisfacción de haber hecho lo que debíamos.

Si hay buena voluntad por todas las partes, la traición a la madre se convierte en una pequeña infidelidad. De hecho mi forma de cocinar sigue siendo muy parecida a la de mi madre. Mi madre no sólo ha dejado de insistir en que coma huevos y leche, sino que me compra productos nuevos que a mí nunca se me ocurriría comprar, me pasa recetas veganas y adapta las de siempre. Ella me ha enseñado a hacer platos veganos riquísimos y en las reuniones familiares compartimos nuevos platos que nos gustan mucho y que no tienen nada que envidiar a los de antes.

He de confesar que el comentario que más me ha dolido como vegetariana fue cuando mi madre me dijo que le gustaría que comiera carne. Es una tontería, pero me dolió. Supogo que los padres quieren lo mejor para sus hijos y a veces piensan que lo mejor es el complicarse lo mínimo, el pensar sólo en si mismos y sus familias sin preocuparse demasiado por todo lo demás. Alguna vez mi madre me ha dicho que las personas que más admira son las que lo dejan todo y se dedican en cuerpo y alma a una causa, pero sé que si le dijera a mi madre que lo dejo todo para irme de cooperante a un país del tercer mundo le daría un gran disgusto. No sé si me explico. Del mismo modo, sé que mi madre no está tan defraudada por el hecho de que sea vegana. Si así fuera no iría explicándole a sus amigas que lo soy ;-)

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Ayer 10 de diciembre fue el Día internacional de los derechos de los animales, coincidiendo con el de los derechos humanos. Esto es así porque el mismo día, en diferentes años, se proclamaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Declaración Universal de los Derechos de los Animales.

Se trata de una buena ocasión para recordar que todos tendríamos que estar por las dos causas, ya que al final se trata de defender a todos aquellos que sienten y sufren, independientemente de su edad, nacionalidad, raza, religión, orientación sexual, ideología, sexo o especie.

sábado, 27 de noviembre de 2010

"Auschwitz empieza donde quiera que alguien mira a un matadero y piensa: sólo son animales." Theodor W. Adorno

Cuando leí por primera vez esta frase me calló como un mazazo, como una revelación.

En general, la gente no acepta bien esta correlación entre el holocausto judío y ese otro holocausto, al que hemos condenado al resto de animales, o a algunos, por pertenecer a otra especie. Lo sé por experiencia. Esta es una intuición que tenemos muchos de los que defendemos los derechos de los animales y tenemos la suerte de estar autorizados por grandes pensadores, como el propio Adorno.

La idea del holocausto está muy argumentada y documentada en un libro que os recomiendo muchísmo. Su título original es Eternal Treblinka : Our treatment of animals and the holocaust y su autor Charles Patterson. Aquí se puede encontrar con el título ¿Por qué maltratamos tanto a los animales? : un modelo para la masacre de personas en los campos de exterminio nazis (Lleida: Milenio, 2008). Es un libro traducido a una docena de idiomas, de esos que no dejan indiferente. Como dice en el prólogo, es uno de esos libros que pican, que son, de hecho, los que merece la pena leer.

A lo largo de los capítulos se trata de aspectos diversos: de la práctica común a lo largo de la historia de la animalización de aquellos pueblos con el fin de justificar su exterminio; de los orígenes de la eugenesia en los EUA y su aplicación en la Alemania nazi; de cómo los campos de exterminio nazi se "beneficiaron" de la industrialización de los mataderos estadounidenses y también dedica un capítulo a Hitler, del que se dice que era vegetariano, a pesar de demostrar con hechos su total falta de consideración hacia personas y animales no humanos.

La parte final del libro está dedicada a recoger los testimonios de judíos, pero también de alemanes arios, que llegaron a convertirse en defensores de los animales a raíz de su experiencia con el Holocausto. Entre todos ellos, merece especial atención el Nobel de literatura Isaac B. Singer, judío de origen polaco, vegetariano y defensor de los animales. Entre muchas otras cosas, nos explica que en sus obras solían aparecer personajes vegetarianos y siempre que le concedían una entrevista él mismo se encargaba se sacar el tema de los animales y su vegetarianismo.

Si tengo que destacar un testimonio, sería el del alemán Von Haugwitz, quien se indigna recordando como sus compatriotas, una vez acabada la guerra, quisieron hacer creer que no tenían ni idea de lo que estaba pasando, cuando él recuerda que corrían rumores de lo que se estaba haciendo a los judíos.

"... Esto es lo que a mí me subleva, porque hubo rumores que circularon y hubo gente que supo algo, pero la mayoría, en realidad dijo 'Si sabes algo, no me lo cuentes. No quiero saber los detalles'. Y no lo quiso saber porque saberlo hubiese resultado demasiado molesto." Hoy día ve la misma actitud de denegación. "Tengo un buen archivo de videos sobre derechos animales, pero no es fácil mostrar a la gente lo que ocurre en los mataderos y los laboratorios. No quieren mirarlo: les quitaria el apetito." (p. 298)

Ahora estoy leyendo, como buenamente puedo porque es alta filosofía y una es tirando a cazurrilla, el libro de Jacques Derrida, El animal que luego estoy si(guien)do (Madrid: Trotta, 2008). En él también aparece la idea de genocidio cuando se refiere a la industrialización de la explotación de los animales (p. 41-43).

Los que queremos dar voz a los animales a menudo acabamos sufriendo los ataques de gente que no tiene el más mínimo interés en los demás, sólo en mantener sus conciencias limpias para poder irse a dormir tranquilos. Yo, y supongo que no soy la única, a menudo me siento desautorizada y puedo pensar que el símil del holocausto es excesivo, llego a dudar de lo que pienso y siento, porque nuestro discurso está en los márgenes, es un discurso de los límites. Pero realmente no estamos solos. Descubrir estas voces con autoridad que también se han alzado para defender a los animales es como encontrar un oasis en mitad del desierto. No soy yo, pobre desgraciada, la que dice, dice Adorno, dice Singer, dice Derrida... Dicen lo evidente, dicen lo que diría cualquiera que quisiera ver.

El holocausto animal existe y es un eterno Treblinka, que no acaba, y que sólo acabará con la lucha de muchas personas comprometidas, empezando por la lucha más pacífica y sencilla: elegir un plato del menú que no esté manchado de sangre. No podemos abandonarles en el infierno, debemos darles voz.

Para terminar, estas palabras tan lúcidas, de un gran escritor con un gran corazón.

"En su interior, Herman pronunció una elegía por la rata que compartió una parte de su vida y que, por su culpa, había dejado este mundo. 'Qué sabrán ellos, todos esos eruditos, todos esos filósofos, todos los líderes del mundo, sobre alguien como tú?' Se han convencido a ellos mismos de que el hombre, el peor transgresor de todas las especies, es el rey de la creación. Todas las demás criaturas fueron creadas únicamente para proporcionarle alimento y vestido, para ser atormentadas y exterminadas a su antojo. En lo que a ellas se refiere, todos los humanos son nazis; para los animales, la vida es un Treblinka sin fin."

Isaac Bashevis Singer
The Letter Writer (El escritor de cartas)

domingo, 21 de noviembre de 2010

Roscos de anís

Ésta es una receta de roscos de anís que le ha pasado una amiga de mi madre, típicos de su pueblo, en Albacete. Son fáciles de hacer y a nosotros nos encantan. Además como no llevan ni leche ni huevos se conservan bien durante unos dos meses.

Roscos de anís

- Harina (algo menos de 1 kg)
- 1 vaso de anís (por ejemplo de Anís del Mono)
- 1 vaso de zumo de naranja
- 1 vaso de aceite de oliva
- 2 pares de sobres de gaseosa (yo conozco la de la marca "El tigre")
- Ralladura de limón
- 2 cucharadas de azúcar o fructosa
- Sal

Se mezclan todos los ingredientes. Primero los líquidos, la gaseosa y al final se añade la harina. Se amasa hasta que quede una textura no dura, pero que no se enganche. Se hacen bolas y se estiran haciendo como “churros” y se juntan las puntas para conseguir la forma de rosco.

Precalentamos el horno. Se pueden espolvorear con azúcar o decorar con una almendra u otro fruto seco. Hornear unos 25-30 minutos a 200º C.

Están buenísimos!!

lunes, 8 de noviembre de 2010

Especismo

La regla de oro es no hacer a los demás lo que no quieras que te hagan a ti. Excluir al resto de animales, o a algunas especies, de nuestra consideración moral es una discriminación por razón de la especie. El especismo de nuestra sociedad es tan profundo que ni es consciente de él, como hubo un tiempo en que no era consciente de ser una sociedad sexista o racista.

Este artículo explica la imagen de más abajo.

Para los científicos podía ser una especie muy interesante, para los lugareños sólo comida, pero en realidad sólo era alguien que merecía respeto.

domingo, 31 de octubre de 2010

1 de noviembre: Día Internacional del Veganismo

"No dudes que en un pequeño grupo de personas reflexivas y comprometidas puede cambiar el mundo. De hecho, es la única cosa que siemrpre lo ha cambiado." Margared Mead

Estamos todavía muy lejos de la gente. El tema de los derechos de los animales está lejos, aunque no tanto como hace unos años, del debate moral de la sociedad, pero nos toca a nosotros llevarlo allí, para que no quede escondido para siempre.

Así como si hoy alguien hace un comentario machista (en estos días ha habido dos casos destacados: el del alcalde de Valladolid y el de escritor Sánchez-Dragó) la sociedad reacciona en su contra, algún día puede que haya que cuidarse mucho de decir que se está a favor de la explotación de los animales. Pienso en el caso de los toros, donde en algunos sectores sociales ya está mal visto manifestarse a favor, aunque todavía una mayoría de los personajes públicos se cuidan mucho de condenarlos por miedo a las consecuencias. Creo que esto pone de manifiesto que vivimos en una sociedad en la cual la gente sigue una pauta moral para ser aceptada y no por convicción.

Pedir que la mayoría reflexione sobre si su vida es ética o no y actue en consecuencia puede que sea demasiado. Seguramente el camino será ir cambiando las pautas morales para que las personas acepten unos nuevos códigos morales y los asuman como propios.

No hace tanto maltratar una mujer o un niño era el pan nuestro de cada día y nadie hablaba de ellos ni se condenaba. No hablemos ya del maltrato a los animales. Ahora somos mejores que antes? En todo caso nuestra sociedad ha evolucionado, pero nosotros, las personas, no somos ni mejores ni peores. En mi opinión, simplemente vivimos en una sociedad en la que condenar el maltrato y los comportamientos machistas en general es fácil y, de hecho, es lo que se espera de nosotros. Es gracioso porque aunque pocas mujeres se consideren feministas, lo cierto es que muchas de las reivindaciones feministas han sido asumidas por las "no feministas" y, aún más, por sus hombres. Puede que algún día suceda algo parecido con las reivindicaciones animalistas. De hecho ya está empezando a pasar en el caso del maltrato a animales "de compañía", el uso de pieles o los espectáculos con animales.

Hay casos de personas que una vez saben lo que hacemos con los animales, por ejemplo después de ver el documental Earthlings, simpatizan con la causa animalista e incluso confiesan que no les importaría ser veganos en una sociedad donde fuera más fácil serlo. Su comodidad se antepone a su sentido de la justicia. Realmente no es gracias a estas personas por las que evoluciona moralmente una sociedad. Supongo que estas buenas personas pasivas e indiferentes son la mayoría. En el otro extremo están aquellos que, a pesar de no tener autoridad ni prácticamente referentes, son lo suficientemente valientes para ir a contracorriente, siendo coherentes con lo que les dictan sus sentimientos y su razón. Por eso, para mí las dos virtudes que definen mejor a un vegano son bondad y valentia. Definitivamente, creo que el veganismo se merece su día, no?

jueves, 21 de octubre de 2010

Un sueño bonito

He tenido un sueño muy bonito. Estaba en una playa y había unos pájaros que necesitaban ayuda, supongo que gaviotas. Después resultó que eran cuatro cachorros de perro, blancos inmaculados y con alitas de ángel. Me iba en una bicicleta y los perritos me seguían. Me sentía bien y el sol brillaba. Los llevaba a mi piso y los duchaba y como el baño es pequeño estábamos bastante apretados (jaja). El caso es que luego he estado pensando y es como si ese sueño fuera mi amor y mis deseos de ayudar a los animales. Quisiera "ducharlos" a todos, pero no puedo. Lo que si puedo hacer es recordar a la gente que el dolor cuenta cuando sufre un humano, un perro, un cerdo o cualquier otro ser con capacidad de sufrir. Lo que importa es lo que pueden sentir y no lo que son.

Me ha dado tan buen rollo! Ojalá tuviera sueños así más a menudo.

jueves, 14 de octubre de 2010

La gacela Julieta nos pone a dieta, un cuento perverso



La gacela Julieta nos pone a dieta (autor: Josep Maria Cervera, ilustrador: Jordi March, ed. Pirueta, 2010, también en catalán editado por Claret Kids) es una claro ejemplo de libro infantil rebosante de esquizofrenia moral. Para la mayoría pasará inadvertida y no dejará de ser un bonito libro educativo que enseña a los niños como alimentarse correctamente, comiendo de "todo".

El cuento me ha llamado la atención por lo retorcido de su argumento. En la sabana africana andan un león y un tigre con muchas ganas de comerse a una gacela, Julieta. Hasta aquí todo normal, no? El problema es que los depredadores se alimentan fatal y tienen unos quilillos de más, y claro, así cualquiera alcanza a la ágil gacelita. Pero Julieta, previo pacto de no agresión hacia ella, claro, pone a dieta a sus "amigos". Así pues, el libro va de una gacela que enseña a sus depredadores que comer carne, en su justa medida, está bien pero siempre que no sea la suya.

Llegando al final vemos a Julieta explicando todo lo que hay que comer y se ven los dibujos de frutas, verduras, pescado, un chuletón de carne... Que mal rollo, no? La estampa final es feliz feliz: león, tigre y gacela corren felices y hasta nos explican que comparten festines donde hay de todo (¿también gacela?).

Los cuentos infantiles están cargados de ideología y son perfectos transmisores de los valores y también las hipocresías de la sociedad. Me temo que cuentos como éste ponen su grano de arena a la hora de desvincular la carne de los animales vivos que en su día fueron. Son muchos los niños que simplemente no ven la relación. Yo misma no la veía y me consta que no soy la única. Sino leed la anécdota que explica aquí mi amiga del foro, Lorenisca, por poner sólo un ejemplo.

Julieta, por vendida y colaboracionista, te mereces un final menos feliz! ;-)

lunes, 4 de octubre de 2010

Mi recorrido

Me considero un híbrido entre vinciana, damasquiana y emplazada. Creo que tengo algo de vinciana porque siempre he sentido empatía por los animales. Desde muy pequeña quería cuidarlos y protegerlos. Por otra parte desvinculaba totalmente los animales vivos de los que me daban para comer, de una manera pasmosa además, porqué no es que me los tuvieran que dar a trocitos para no reconocer sus cuerpos. Comía caracoles, cabezas, sesos, pies de cerdo... Era muy carnívora. Eso sí, recuerdo que cuando iba al pueblo me tenían que comprar la carne y la leche del supermercado, porque la de allí olía a los animales con los que había estado jugando.

Cuando fui más grande siempre que pensaba en lo que estaba comiendo me daba mucha pena y asco, así que tenía temporadas que no comía carne o algún tipo de carne, pero siempre volvía a cerrar los ojos hasta que llegó un momento damasquiano. Bueno, antes, cuando debía tener unos 15 o 16 años quise hacerme vegetariana pero sin informarme lo más mínimo y, claro, no sabía que comer, de lo que deduje que ser vegetariana era muy difícil o imposible.

Mi momento damasquiano llegó a los 27 años. Un día en una urbanización que hay en una montaña cerca de donde vivo nos encontramos (iba con mi compañero) con una perra abandonada. Estaba muy mal, asustada, enferma, en los huesos. Era totalmente dócil y llevaba una vida miserable. Unos señores de por allí le daban de comer y nos contaron que la habían abandonado de pequeña, que había parido y durante un tiempo tuvo infecciones muy fuertes. Hasta los perros de la urbanización, al verla tan débil, la atacaban siempre que podían. Me afectó mucho y estuve subiendo algunos días a verla y llevarle comida pero la realidad es que no hice nada por ella. Pude llamar a una protectora, buscar alguien con coche para ir a recogerla, hacer algo, pero no lo hice. Me vi a mi misma de brazos cruzados y mirando hacia otro lado, justamente lo que estaba haciendo cuando comía un plato de carne. Decidí que eso tenía que cambiar y que me iba a hacer vegetariana, dedicando el tiempo que necesitara pero sin dar marcha atrás. Enseguida dejé el cerdo y la vaca (comerlos me resultaba repulsivo, como una especie de canibalismo) y gradualmente dejé el pescado y el pollo.

También me considero una emplazada porque ha sido a base de informarme que finalmente he dado el paso al veganismo. Antes apenas sabía que era y si alguien me hubiera preguntado a lo mejor hubiera dicho: vegana, yo, nunca!

Éste ha sido mi recorrido, o lo que llevo de él, porque el camino es largo y la ayuda que necesitan los animales, mucha.

A veces pienso que fue esa perra, pero podría haber sido cualquier otra cosa, antes, más tarde o quizás nunca. Creo que tarde o temprano habría llegado... o eso quiero pensar. Por supuesto, nunca me perdonaré no haberla ayudado, pero creo que es mejor mirar hacia delante, mirar todo lo que podemos hacer.


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El sábado, 2 de octubre, fuimos a la manifestación por los derechos de los animales que con motivo del día mundial de los animales de granja convocaron diverses entitades en Barcelona. Me pareció que éramos muchos. No llegamos a mil, pero éramos cientos. Fue un momento genial, sentirse rodeada por tanta gente con la que tienes algo tan importante en común y reencontrarse con los compañeros animalistas. Y después Libera! nos invitó a una degustación en el Ecocentre. La mejor manera de pasar una tarde del sábado :-)

sábado, 18 de septiembre de 2010

Vincianos, damasquianos y emplazados: cual es tu recorrido?

Tom Regan, en su libro Jaulas vacías (Barcelona: Fundación Altarriba, 2006) se pregunta sobre la experiencia que lleva a alguien a convertirse en un ARA (Animal Rights Advocats, que en castellano serían los defensores de los derechos de los animales) e intenta hacer una clasificación.

Un buen día alguien se mira al espejo y descubre a un defensor de los animales, pero qué ha pasado para que llegue hasta aquí? Habríamos sufrido un cambio de percepción de la realidad. Un ejemplo gráfico es de las imágenes donde se pueden ver unas figuras u otras. Antes veríamos sólo el jarrón y ahora veríamos también las caras.



Regan explica los diferentes procesos de cambio de los ARA a través de las siguientes tipologías:

Vincianos

Los ARA vincianos son aquellos que de niños empatizan con los animales humanos de forma natural. Para ellos los animales son sus amigos y sienten por ellos respeto y lealtad.

El nombre proviene de Leonardo da Vinci, que, como estos niños, sentía un amor innato por los animales. Para quien no lo sepa, el genio del Renacimiento era vegetariano y hacía cosas tan "infantiles" como ir a comprar los pájaros del mercado para después dejarlos en libertad.

Desgraciadamente muchos niños vincianos no pueden desarrollar su verdadera naturaleza por la influencia de la familia, la escuela y la sociedad en general.

Según Regan no son muchos los ARA vincianos.

Damasquianos

Los ARA damasquianos adquieren la conciencia animalista a raíz de una experiencia, generalmente traumática, y esto sucede en una abrir y cerrar de ojos, de manera parecida a la conversión al Cristianismo de Saul, después San Pablo, cuando iba camino de Damasco.

Son muchas las experiencias damasquianas, pero aquí describo alguna para que os hagáis una idea. Una pareja quedó paralizada en un atasco y justo delante tenían un camión lleno de cerdos camino del matadero. No pudieron evitar que sus miradas se cruzaran con las de algunos de ellos y eso les provocó un cambio dentro de ellos. También recuerdo haber leído la experiencia de un combatiente en la Segunda Guerra Mundial que, tras una explosión, vió pasar desesperada una yegua cubierta de llamas. Se cruzaron sus miradas y fue como si ella le preguntara: qué he hecho yo para merecer esto?

En esta cita, la escritora Alice Walker describe lo que parece una experiencia damasquiana: "Cuando un día hablábamos sobre la libertad y la justicia estábamos sentados ante filetes. Estoy comiendo miseria, pensé para mí cuando tomé el primer bocado, y lo escupí".

En la actualidad, creo que el documental Earthlings ha sido la experiencia damasquiana para el cambio de percepción de muchos animalistas.

Emplazados

Según Regan son la gran mayoría y por tanto la gran esperanza de los animales, por eso dedica su libro a ellos. Los emplazados son aquellos que sin tener una conciencia animalista innata ni haber sufrido una experiencia que les haya provocado un cambio de percepción, se van convirtiendo en ARA poco a poco. Sería un proceso gradual, en el que la persona se plantearía dudas, buscaría información, encontraría respuestas... El propio autor se considera un claro ejemplo de emplazado. Filósofo activista en la defensa de los derechos humanos un día cayó en sus manos un libro de Gandhi que le lanzaba el reto del respeto hacia los animales. Debió sentir destapada su incoherencia (inconsistencia, disonancia...), lo que le llevó a investigar el tema, buscando argumentos consistentes para poder seguir como hasta entonces, excluyendo al resto de animales de su consideración moral. Los buscó, pero muy a su pesar no los encontró. Al contrario, acabó convirtiéndose en uno de los filósofos de referencia sobre el tema de los derechos de los animales.

Otro día cuento mi recorrido. Y si vosotros me queréis contar el vuestro, o en qué punto del camino estáis, pues será muy bienvenido.

martes, 7 de septiembre de 2010

Disonancia y cambio

Siguiendo con el tema del cambio y muy relacionado con el tema de la inconsistencia moral, hace unas semanas, haciendo zapping, me encontré con la repetición de uno de los programas de la pasada temporada de Redes. Lo pillé casi al final, pero enseguida me quedé enganchada. Se trata de una conferencia en la que Carol Anne Tavris, psicóloga social y escritora, habla de la disonancia. Explica que la mente humana no acepta la disonancia (algo así como la inconsistencia moral?) y que por tanto es reacia a la crítica y al cambio. Por lo visto las personas nos sentimos buenas y competentes y si alguien nos muestra lo contrario podemos reaccionar de dos maneras distintas: agradeciéndole que nos haya facilitado esa información o mandándolo a tomar un poco de viento. Os podéis imaginar cual es la actitud más común... También dice cosas tan interesantes y por muchos conocidas como que los males del mundo no se deben a algunas personas malvadas, sino a muchas personas que creyéndose buenas cometen actos inmorales, pero se autojustifican para así tener sus conciencias tranquilas.

La ciencia nos dice que la mente humana es reacia al cambio pero el cambio es posible.

La relación con lo que estamos haciendo con las animales es tan clara que no creo que haga falta ni comentarla. A la mayoría de la gente no le interesa saber, es demasiado incómodo. Además mirar hacia otro lado es fácil cuando la práctica totalidad de la sociedad ha firmado un pacto de silencio alrededor de este tema.

Si os interesa, aquí tenéis el programa. Se titula "La ciudad de las ideas" y la conferencia de la que os hablo la encontraréis hacia el final.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Lo siento

Siento escribir sobre esto pero no puedo pasarlo por alto. El perro al que me refería aquí ha sido sacrificado. Salí a comprar el pan y me lo encontré por la calle muy asustado, se metía en la carretera de lo perdido que iba. Después le perdí la vista, hablé con la asociación animalista de mi ciudad y me dijeron que seguramente lo recogería la policia local. Llamamos a la policía para asegurarnos y así era, nos dijeron que estaba en el depósito de coches de la grua y a la mañana siguiente se lo llevaban al CCAAC del Barcelonés Nord, una perrera que está en Badalona. Conseguimos una foto suya, en el depósito de coches, con la esperanza de que otras protectoras pudieran hacerle difusión.

Conozco gente que está muy metida en el tema de protectoras y todos me dieron muy malas referencias del CCAAC. Pobre de mí, llamé y les pregunté si sacrificaban. Evidentemente, me dijeron que no, de hecho en Catalunya es ilegal, pero tenemos una ley que permite el sacrificio por razones humanitarias o cuando hay peligro de contagio. No hay que ser muy espavilado, para ver que esta ley deja la puerta abierta a la arbitrariedad.

Los del CCAAC bautizaron al perro como Moe y lo pusieron en su pàgina web de adopciones. Hasta llegué a pensar que todo estaba bien. La semana pasada vi que no estaba en la web, llamé y su respuesta fue que habían detectado que estaba enfermo, le hicieron la prueba de la leishmania y salió positivo. Esta es una enfermedad que aunque es incurable, se puede tratar, pero ellos no lo hacen y ante el peligro de contagio sacrifican.

No sé que pensar. Sólo sé que ellos tienen la sartén por el mango y la vulnerabilidad de los animales es total. Pienso que pocos animales que allí entren tienen posibilidad de salir vivos, porque enfermar en algún momento es algo bastante probable.

Siento no haber hecho lo suficiente por él. No es la primera vez que tengo esta sensación. Siento que este mundo sea tan injusto, con unos políticos que no ponen los recursos necesarios para que esto cambie, pero sobre todo con unas personas, con las que seguro que me cruzo a diario, que con sus actos egoistas e irresponsables (abandonar, no esterilizar, vender y comprar perros y gatos cuando los refugios estan saturadísimos) llenan las perreras de criaturas a las que en muchos casos sólo les espera la muerte.

Esta es la foto que tengo de él. Lo siento.

martes, 17 de agosto de 2010

Por Asturias (comiendo vegano)

Hemos estado unos días en Asturias y en lo que respecta al comer he llegado a la conclusión que es una comunidad muy poco vegfriendly :-( Y lo más triste es que la gente, lo primero que te dice cuando se enteran que vas a Asturias, a parte de que estarás fresquito, es que se come muy bien. Mentira!! Comer, se puede comer, pero se echa en falta algún restaurante vegetariano y alguna opción vegana en los menús.

En Oviedo, que yo sepa, no hay ni un resturante vegetariano. Un día comimos en el restaurante Malayerba (c/ Alfonso III El Magno, 11). Había algún plato vegano, cous cous con verduras y seitán con piña, y del menú sólo un primero era vegano. De todas formas, la chica que nos atendió, muy amablemente y sin que nosotros se lo pidiéramos, nos adaptó el menú y de segundo nos preparó un cous cous y un arroz con setas buenísimos. De verdad, ese arroz tardaré en olvidarlo...También fuimos al restaurante chino ChinAstur (c/ Santa Susana, 41, al lado del parque de San Francisco). Se trata de un chino como cualquier otro, pero en la carta hay algún plato de verduras y de tofu. El propietario nos contó que él también era vegetariano y que no tomaba huevos pero sí leche, en su caso por motivaciones religiosas. También nos contó que se estaba planteando poner una parte del menú para vegetarianos, así que si vais por allí hacedle notar que sois veganos, a ver si así se anima. A parte de esto, en Oviedo de lo que más hay son tabernas tipo sidrería donde todo es carne o pescado.

En Gijón, casi al lado de la pensión teníamos el restaurante Twist vegetal (c/ San Bernardo, 18), que aunque en el rótulo de la entrada pone "cocina vegetariana" no es vegetariano ni por asomo. Eso sí, el menú es casi vegetariano, porque a veces ponen una ensalada con jamón. Aunque hay más platos OLV que veganos se puede comer y bien. Nos gustó, pero a lo mejor es un pelín caro (12 euros para comer y 17 euros para cenar) para las cantidades de les raciones. También comimos en La Vaina (c/ de Cervantes, 20), un pequeño restaurante vegetariano que ofrece algunos platos, no muchos, y entre ellos algunas opciones veganas, como falafel, hamburguesa vegetal o ensalada taboulé. A parte de estos restaurantes también se podía encontrar algún libanés donde hacer un falafel rápido. Por cierto, si queréis un helado de soja, encontraréis alguno muy cerca del Twist, en la heladería Islandia (c/ San Antonio).

Esto en las ciudades importantes, porque cuando hemos ido por pueblecitos hemos tirado de patés vegetales y latas de red beans, gran descubrimiento que me hizo la compañera viajera del foro de la UVE, Brisca. Nos llevamos un par de latas de la marca Heinz y si no fuera porque llevan un poco de azúcar (no entiendo esta manía de echarle a la salsa de tomate azúcar), que a mí no me va bien, les pondría de nota un 10.

Y a parte de esto, Asturias es muy bonita y Gijón también, a pesar de lo que van diciendo por ahí, y la sidra, aunque dulce, está muy buena y... es vegana!!!

Fotos para dar envídia:

La senda del oso, entre Entrago y Proaza



Cudillero



La playa del Tranqueru

lunes, 2 de agosto de 2010

Por qué nos hacemos veganos?

No me refiero a todas las razones para ser vegano, que son muchas (éticas, medioambientales, humanitarias...), sino a porqué un día nos metimos en el embrollo de ir a contracorriente, con lo cómodo que se está siendo como todo el mundo.

Me parece que no hay una receta para explicar porqué uno se hace vegano: la suma de los mismos ingredientes no tiene porqué dar el mismo resultado. Pero a mi entender, estos podrían ser algunos de los factores más importantes:

Principio de consistencia. Somos reacios a aceptar las críticas a nuestra moral. Por otra parte, sentirnos inconsistentes moralmente nos causa malestar y la búsqueda de coherencia nos puede llevar al cambio. A veces un pequeño cambio llevará a otro y después a otro.

Leí en un artículo(1) que la mayoría de las consultas que recibe PETA son en relación con animales de compañía, circos con animales, vivisección y pieles. Esto es porqué la gente prefiere enfrentarse a los casos de maltrato animal de los que no se sienten responsables personalmente. Sin embargo, preocuparse de unos puede ser un principio para descubrir nuestra inconsistencia y hacer que nos vayamos comprometiendo cada vez más. Por ejemplo, son muchos los vegetarianos que vienen del ámbito de las protectoras de perros y gatos o que simplemente son personas que se consideraban amantes de los animales y que un buen día decidieron que lo debían ser de verdad.

También hay casos de animalistas con un pasado en el activismo proderechos humanos. Estas personas en algún momento de sus vidas se sintieron incoherentes por preocuparse por los humanos desfavorecidos y no hacerlo por los no humanos, que también lo eran.

De un modo parecido, son muchos veganos los que han dado el paso desde el ovo-lacto-vegetarianismo al notar que tomando leche y huevos también estaban participando en la explotación de los animales.

Actitud crítica. Para cambiar es necesario tener una cierta actitud crítica, que permita plantearse que hace uno mismo o lo que es uno mismo. Todo el mundo es capaz de juzgar lo que hacen otros, lo que se hacía en otras épocas o lugares, pero no todos estamos dispuestos a juzgarnos a nosotros mismos.

A todos, en cierto modo, nos desagrada la autocrítica, sobre todo si viene de fuera y en según qué formas, pero pienso que es nuestro deber ser capaces de juzgarnos y replantearnos... siempre. Para mí, sin duda, la capacidad crítica es un síntoma de inteligencia y valentía.

Empatía. Puede que sea la base de todo. Sin empatía la cosa se complica. Sin embargo, existen casos de personas que se han hecho veganas sin sentir especial empatía hacia los animales. Podrían ver todos los vídeos de granjas industriales y mataderos del mundo sin llegar a plantearse cambiar sus hábitos de alimentación. Sin embargo, serían los razonamientos lógicos los que les llevarían al cambio. Puede parecer increible, pero es cierto.

Las razones no bastan, también están las experiencias propias y todos estos ingredientes que he enumerado y muchos otros que seguramente me dejo. Desgraciadamente no hay una receta mágica.

(1) Phelps, Norm. Activismo de vía única: los animales pagan el precio.
Este artículo me lo pasaron fotocopiado y desconozco la fuente. Para mí es un artículo muy útil e interesante, aunque reconozco que para muchos resultará polémico.

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Y hablando de otra cosa, por fin estoy de vacaciones... :-)

jueves, 29 de julio de 2010

Ganaron los toros

Ayer el Parlamento de Cataluña aprovó la ILP Prou para la abolición de las corridas de toros en Cataluña. Ganaron los toros!

Muchos medios han hecho una lectura en clave política, por aquello de que las relaciones entre Cataluña y España (o el resto de España) no están en su mejor momento, y seguramente ha jugado su papel, pero la gente que está detrás de la ILP y estoy convencida que la gran mayoría de la gente que la apoya, está motivada puramente por intereses altruistas: la defensa de los derechos de los animales.

Los compañeros de Prou nos han demostrado que con convicción y principios se puede llegar muy lejos. Tampoco hay que olvidar el gran esfuerzo que han hecho. Por eso quiero agradecer a los miembros de la plataforma lo mucho que han trabajado para que este sueño se haga realidad, sin olvidar a toda la gente que de una manera u otra también han contribuido a ello (federatios, firmantes y diputados que han dado su voto al sí).

David ha ganado a Goliat. Los toros han ganado y, sobre todo, se ha abierto un camino de esperanza para los animales... Queremos que esto sea sólo el principio.

martes, 20 de julio de 2010

Cambiar: lo que dice el Dalai Lama

En el libro del Dalai Lama y Howard C. Cutler, El arte de la felicidad (Barcelona: Grijalbo, 1999), dedica un capítulo al cambio, que sería necesario para alcanzar la felicidad, eliminando los comportamientos y estados mentales negativos por otros positivos.

Según el Dalai Lama, para cambiar, sea cual sea el objetivo perseguido, son necesarios estos requisitos:

a) Aprendizaje, educación
b) Convicción
c) Determinación
d) Acción
e) Esfuerzo
f) Entusiasmo
g) Sentido de la urgencia

El aprendizaje y la educación nos ayudan a desarrollar el convencimiento de que necesitamos cambiar. La convicción se debe cultivar para convertirla en determinación. El siguiente paso es la acción. Una determinación firme permite realizar un esfuerzo continuado para alcanzar el cambio. Al margen del objetivo que se quiera alcanzar, se necesita desarrollar un fuerte deseo de hacerlo, se necesita entusiasmo y un sentido de la urgencia. De lo contrario podríamos caer en la tentación de aplazar el cambio y finalmente olvidarlo.

Esta receta del cambio me parece muy acertada y si la aplico a mi cambio, convirtiéndome primero en vegetariana y después en vegana, creo que cuadra perfectamente. No me hubiera hecho vegana sin información (aprendizaje), sin convicción de que la realidad que estaba conociendo era injusta y sin la determinación de la necesidad del cambio, que era urgente. En mi cambio tampoco faltó el entusiasmo, que me planteé como un reto, pero vivido con ilusión.

Por otra parte, el cambio que plantea el Dalai Lama es para una mejora personal y aún así cuesta mucho. En nuestro caso, se trata de un cambio que no nos beneficia a nosotros directamente, ya que las víctimas son otros. Creo que eso lo complica más, para desgracia de los animales. De todas formas, esto no lo acabo de ver claro: ser consciente de tanta injusticia, de alguna manera te convierte en víctima , pero para eso hace falta tener sentido de la empatía.

Seguiré con este tema... Ay, que ya queda poquito para las vacaciones y la semana que viene se vota la ILP Prou. Podemos estar a punto de vivir momentos históricos!

miércoles, 7 de julio de 2010

Cambiar

Para que el maltrato animal en el que se asienta nuestra sociedad acabe, hará falta que los miembros de esa sociedad cambien hacia unos hábitos de vida que no impliquen la explotación y muerte de otros animales. Cómo puede suceder ese cambio? Para mí es una incógnita. Después de escuchar la opinión de gente que lleva tiempo en esto y a partir de la propia experiencia, viendo la actitud general de la gente, se puede decir que si los animales dependen de una revolución moral, de cada individuo, lo tienen muy crudo. Parece que el cambio puede ser gradual y asumido lentamente por la mayoría. Pongamos un ejemplo: si se acaba prohibiendo el uso de animales en los espectáculos circenses, llegará un día no muy lejano donde la gente se indignará ante la sola idea de su existencia en el pasado. La ley les habrá marcado una pauta moral que habrán asumido con éxito. Sin embargo, en una sociedad donde el circo con animales es común, sólo algunos individuos se revelarán contra él y por tanto contra la pauta. Por qué unos sí y otros no?

Me interesa mucho el tema del cambio, quizá porque el mío propio me sorprende: pasar de comer animales a no tomar productos de origen animal y además convertir la lucha por los derechos de los animales en algo central en mi vida.

En algunas de las entradas siguientes quiero tratar sobre el tema del cambio. A ver que nos sale...

viernes, 25 de junio de 2010

Otra coca de San Juan vegana

Este San Juan también hemos hecho la coca. El año pasado hicimos la coca de frutas confitadas y éste, la rellena de cabello de ángel con piñones.

Es tan fácil como rellenar dos láminas de hojaldre sin productos de origen animal (nosotros usamos el de la marca Mercadona) con cabello de ángel. Supongo que el cabello de ángel se puede comprar, pero el nuestro era casero y sin azúcar. Sólo tuve que calentarlo y echarle un chorro de limón y una cucharada de fructosa (o azúcar, al gusto). Una vez relleno el hojaldre se le ponen los piñones por encima y se pinta con una cucharadita de frutosa o azúcar diluida en agua. Se espolvorea un poco más de fructosa por encima y al horno. Para hornear lo mejor es seguir las indicaciones del paquete de hojaldre, en este caso había que precalentar 10 minutos a 220º y hornear entre 10-15 minutos a unos 210º o simplemente esperar a que esté dorada.

Quedó buenísima!!! Triunfó.



domingo, 20 de junio de 2010

Batidos verdes

Hace ya unas semanas que tenemos batidora y hemos empezado a hacer batidos verdes. Ya expliqué que a raíz de una charla sobre batidos verdes en Biocultura salí con ganas de probarlos.

Aquí pongo la foto de uno de los primeros, ultraverde y muy bueno. No recuerdo que llevaba pero salió de un verde eléctrico.



Hemos hecho batidos de muchas combinaciones, todos diferentes. Les hemos puesto hojas de rábano (que nunca antes se me hubiera ocurrido probar), lechuga, endivia, apio, hojas de col, perejil y frutas variadas, aunque a mí las que me van mejor son las menos dulces, como la fresa. También se pueden poner frutas no dulces como el tomate o el pepino.

Es una buena alternativa para desayunar aunque se puede tomar a cualquier hora del día. F. ya tiene un termo y se plantea llevárselo al trabajo para comer a media mañana.

Ya lo dije en la entrada sobre Biocultura, pero no está de más recordar esta web, que da ideas y consejos para prepararlos.

lunes, 14 de junio de 2010

Ecocentre

Este sábado ha sido la inauguración del Ecocentre (C/ Mallorca, 330, Barcelona, metro Verdaguer), un espacio animalista y ecologista. Aquí está la noticia.

Arriba hay una pequeña tienda de Libera! donde encontrar camisetas, chapas y regalos solidarios; una tienda Vegania, con todos los productos de alimentación veganos que te puedas imaginar (helados, bollería, imitación de diferentes tipos de carnes y pescados, platos precocinados...) y Ecologicum, una tienda de productos ecológicos y para llevar una vida lo más ecológica posible. Otras cosas que se pueden encontrar son zapatos, libros, música, películas... Todo esto en la planta de arriba. Abajo está la nueva sede de Libera!, con una gran sala de actos donde hacer cursos, conferencias, proyecciones... En el fondo hay un mural, obra y regalo de la artista Lula Goce, muy bonito y que debe tener su valor, ya que incluso prensa especializada en arte están interesados en conocerlo. También están creando una biblioteca, donde consultar documentos de temática animalista y ecologista, visionar videos o conectarse a internet.

La idea es mantener actualizada una agenda con todas las actividades que se vayan programando. También hay que destacar que este espacio está pensado para que lo puedan aprovechar aquellas asociaciones que lo requieran y que trabajen en estos ámbitos.

Así que los animalistas y ecologistas, y todos aquellos que tengan ciertas inquietudes en los derechos de los animales y la temàtica medioambiental, estamos de enhorabuena. Algo así no pasa todos los días. Tengo que dar las gracias a los que han trabajado duro para que exista un sitio así en Barcelona. Para muchos, éste es un sueño hecho realidad :-)

miércoles, 9 de junio de 2010

Feliz cumple

El 6 de junio mi bloguito cumplió un año. Si hago un poco de reflexión, diría que este blog es un poco bastante inútil, la verdad. Pero pienso que a mí no me sobra y como internet es tan grande y caben tantas cosas, pues tampoco hace daño a nadie. Si a alguien le puede servir de algo, aunque sea muy puntualmente y aunque sea para algo poco importante, yo ya estaré satisfecha. Al fin y al cabo, lo escribo para mí, que es para quien creo que se tienen que escribir las cosas.

A parte de esto, esta semana pasada operamos a la Lupita, una gatita que tenemos en acogida, de un bulto que resultó ser de grasa. No hablo mucho de mis niños, tan importantes como son para mí... A ver si algún día me animo.

También me ha pasado algo bastante triste, pero que se repite constantemente. Vi un perro perdido y asustado, creo que abandonado por la calle. Le perdí la pista pero la asociación protectora de animales de mi ciudad me dijo que seguramente lo recogería la policia local y lo llevarían a la perrera más cercana, donde según ellos, sacrifican. El perro está en la perrera, he hablado con ellos y niegan que sacrifiquen, de hecho es ilegal, pero la verdad es que pueden poner cualquier excusa para eutanasiarlos y nadie les pedirá cuentas. Así estan las cosas. Estoy intentando hacer algo, pero veo pocas posibilidades. Es algo que pasa constantemente, pero cuando te cruzas con la mirada de un individuo que necesita ayuda, entonces es algo real, no sólo una idea. Es muy triste y a raíz de esto y algunas cosas más, a veces te deprimes de pensar que vives en un mundo... que no necesita calificativos. Todo lo que dijera sería poco.

Y ahora me voy a un curso de cocina vegana, como una señorita, a desconectar y a aprender un poco. Es mi capricho de este mes y creo que de este año.

domingo, 30 de mayo de 2010

Investigación en granjas de cerdos

Hace una o dos semanas, ha salido a la luz la investigación de Igualdad Animal en granjas de cerdos de España y los medios de comunicación se han hecho bastante eco de todas las aberraciones que se producen en ellas. El video lo podéis ver aquí.

A raíz de una noticia sobre este tema en el periódico gratuito 20 minutos, escribí una carta que me publicaron el 21 de mayo. Éste es el texto:

Malos tratos a los animales en granjas

"En relación a la noticia sobre las investigaciones en granjas de cerdos de Catalunya, quiero comentar que, en general, los medios han hecho hincapié en que se trata de casos aislados de maltrato, cuando es la realidad cotidiana. Evidentemente, las granjas y mataderos no tienen paredes de cristal, justamente para que no se vea el horror que se vive en ellos.

Los productores de carne, leche o huevos buscan sacar beneficios y, para ello, usan a los animales como productos. Para pensar lo contrario, hay que ser muy inocente o no querer ver la verdad. Si los animales no son cosas y merecen respeto, lo coherente es no participar en su explotación. Podemos hacerlo siguiendo un estilo de vida vegano (100 % vegetariano). Los animales lo merecen."

Y el 26 del mismo mes, publicaron esta otra carta, con alusiones claras a la mía.

Maltractaments a granges de porcs

"M’he animat a escriure aquí per contrastar una mica la opinió que pot tenir la gent envers les granges de porcs. La setmana passada vaig llegir un parell de notícies que denunciaven maltractaments a les granges de porcs, com truges que mosseguen els seus petits, tallar les dents i la cua als garrins que acaben de néixer o sacrificar els animals moribunds.

Bé, això és el dia a dia d’una granja, però no només això; no trobaràs cap explotació porcina que no ho faci. Tot el que es va dir sobre el maltractament animal la passada setmana es va redactar sense coneixement real del que es fa, i del perquè es fa. La gent ha de saber que els pagesos es deixen la pell cada dia a la feina i el benestar animal els obliga a complir moltes lleis (algunes inversemblants) perquè estiguin el millor possible.

Per acabar, vull dir a les persones que segueixen una dieta vegetariana que ho respecto, però si us plau, no critiqueu els qui volem menjar carn o, al final, pensarem que ens teniu enveja."

He escrito una breve carta de respuesta, pero sin esperanzas de que la publiquen, ya que ya me han publicado una. De todas formas, al día siguiente volvieron a publicar la carta de una animalista :-) Esto es lo que me gustaría contestarle y para dejar el texto perdido en una libreta pues lo pongo en mi blog ;-)

Mi respuesta:

En respuesta a la carta del pasado 26 de mayo referente a los maltratos a los animales en granjas, quisiera hacer algunos comentarios. Reconoce que los maltratos son lo común. Por otra parte, dice que los ganaderos se ven obligados a cumplir muchas leyes para garantizar el bienestar animal? En qué quedamos? Se maltrata o no? Decir que si a un perro o gato se le diera el trato, el mejor trato, que pueda recibir una “animal de granja”, se consideraría que ha sido cruelmente maltratado. Vivimos en una sociedad que sufre de una grave esquizofrenia moral, nos educan para creer que el perro es para acariciar y el cerdo para comerlo entre dos trozos de pan. Objetivamente, esa distinción no tiene base alguna, más que el hábito, la tradición... pero si el hábito y la tradición sirvieran para justificar algo, las guerras, por poner un ejemplo, estarían más que justificadas.

Quien escribe, por lo que se deduce, es un ganadero o alguien vinculado a este sector y que, por tanto, habla movido por el interés económico. Por el contrario, los defensores de los animales no sólo no nos lucramos de ello, sino que a menudo dedicamos nuestro dinero y sobre todo una buena parte de nuestro tiempo y esfuerzo sin recibir nada material a cambio.

Que se critica sin conocimiento de causa? Pero la causa es sacar un beneficio, no? Por ejemplo, se cortan orejas y rabos para que los animales no practiquen canibalismo entre ellos y que de esta forma no se eche a perder el “material”.

Dice que respeta a los que somos vegetarianos. Que se nos respete es lo mínimo exigible en una sociedad democrática, aunque en muchos ámbitos tengamos que reivindicar nuestros derechos, pero los defensores de los animales vamos más allá: queremos que se respete a los que nadie respeta, a los explotados, torturados y asesinados. A los que sufren para satisfacer la costumbre de sentir un sabor. Quien piense que los defensores de los animales alzan su voz por envidia de los que se alimentan de cadáveres, sufre un problema de estrechez de miras y de incapacidad de ver y sentir más allá de sus narices.

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Nota del 9 de junio: ayer leo en el periódico que la Conselleria d'Agricultura convoca unas ayudas para aplicar las normas de bienestar animal en las granjas de Cataluña. Ya está, vés que fácil? Ahora ya podemos estar todos contentos, empresarios, políticos y consumidores, todos a la cama con sus conciencias inmaculadas.

viernes, 21 de mayo de 2010

Las plantas también sufren

Sigo con el FAQ de las preguntas que siempre caen. Ésta es quizás la reina entre las reinas: no comes animales, pero las plantas también sufren!

Ésta es una observación que no suele hacer gente que empatice especialmente con las plantas. Simplemente pretende ser una objeción lógica, aunque básicamente responde al interés de la gente en quedarse tranquila en su camisa. Yo como carne y tú comes plantas, ambos son seres sensibles, así que no hay diferencia alguna. Este es una razonamiento que a veces esconde mala fe y otras veces sólo ignorancia. En cualquier caso y a pesar de lo cargante que puede ser tener que escuchar lo mismo una y otra vez, merece una respuesta argumentada y expuesta con educación. Lo merece, porque los animales salen ganando con ello.

Creo que esta cuestión tiene tres puntos básicos:

- Las plantas no sufren porque no tienen un sistema nervioso central que se lo permita. No hay estudios científicos que demuestren que las plantas sufren, en cambio ningún científico serio negará lo mismo de los animales. También se trata de una cuestión de sentido común: la similitud anatómica y fisiológica de muchos animales nos hace pensar que ante determinados estímulos tendrán reacciones iguales o muy parecidas a las nuestras. Si nuestro gato se estira ante la lumbre y sin querer mete la cola en el fuego, saldrá corriendo y todo el mundo entenderá que se ha quemado y ello le ha provocado dolor. Las plantas no tienen patas, ni alas ni aletas que les permitan moverse, lo cual nos hace pensar que no tienen la necesidad de escapar de ningún dolor.

- La carne proviene de animales que a su vez se han alimentado de plantas. Parece mentira, pero mucha gente no cae en ello: los animales no se alimentan del aire. De hecho, son necesarias muchas más plantas para alimentar el animal que acabará en el plato de un carnívoro que para alimentar directamente a un vegano. No sé si ya lo he dicho antes, en otro post, pero el 80 % de la superficie de cultivo mundial va destinada a pienso para ganado. Con una dieta vegetal, todo el mundo podría comer, se acabaría el hambre y todavía podrían recuperarse campos de cultivo para su reforestación. Hasta que no podamos alimentarnos de piedras, lo mejor que pueden hacer los amigos de las plantas es hacerse veganos.

- El sentido común tampoco debe descartarse. Para poco gente sería lo mismo llevar a su hijo de excursión a un campo de trigo o un invernadero de fresas que ir a una granja industrial o un matadero. Cuantos de nosotros sentiríamos lo mismo arrancando una zanahoria del suelo que arrancando la cabecita de un pollo? Habrá quien sienta lo mismo, pero sin duda se tratará de un sádico. La última vez que me sacaron el tema del dolor de las plantas no pude evitar preguntarle a la persona: entonces es lo mismo arrancar un tomate que cortarle las patas a un perro? Evidentemente, me dijo que no.

sábado, 15 de mayo de 2010

Ideología

Hagamos un ejercicio mental. Imagina que viajamos en el tiempo y nos plantamos en pleno siglo XVIII. Yo te pregunto: qué opinas de la esclavitud humana? Qué me constestarías? Seguramente me contestarías que te parece una aberración, algo inmoral, algo con lo que hay que acabar. Estás seguro? Y si te digo que Aristóteles justificaba con su filosofía la esclavitud humana? Pero Aristóteles vivió mucho antes, eso es verdad, en cambio nosotros estamos en el siglo de las luces, un siglo al que le debemos mucho y lo nos queda por deberle todavía. Pero, y si te digo que Voltaire, el gran filósofo de la Ilustración, también justificaba la esclavitud humana? Realmente crees que tú o yo hubieramos sido alguien tan avanzado a nuestra época, incluso más que el propio Voltaire?

Sigamos con el ejercicio mental. Ahora estamos en el presente, es aquí y ahora, y yo te pregunto qué opinas de la esclavitud de los animales (a los que hemos bautizado con ese nombre para diferenciarlos claramente de nosotros, autodesignados humanos). No respondas muy rápido, piensa un poco lo que vas a decir. Estás seguro que vas a contestar tú? Estás seguro que tu manera de pensar es realmente la tuya y no la asimilación de una ideología dominante tan bien asumida que ya confundes con tu propia razón?

Y el juego mental sigue, estamos en el futuro y me gusta imaginarme que cuando te pregunto qué opinas de la esclavitud de los animales te escandalizas de lo obvio de la respuesta: como se puede justificar semejante injusticia!

En una charla, ya hace un tiempo, que daba Jesús Mosterín en el CCCB, creo que ya lo expliqué en otro post, una de las cosas que explicó fue la diferencia entre moral y ética. La moral responde a una pauta social, es un código de normas sociales que puede variar de una sociedad a otra, de un tiempo a otro. La ética, por el contrario, es filosofía, es razonamiento crítico. Algo no puede ser ético en el siglo XV y no serlo en el XXI o no serlo en China y serlo en Estados Unidos.

La mayoría de las veces actuamos respondiendo a códigos morales, de otra manera tendríamos que estar razonando a cada momento y eso sería muy agotador. Pero si bien una pauta moral nos puede ayudar a vivir, no deberíamos olvidarnos de nuestro espíritu crítico, de plantearnos las cuestiones fundamentales y no aceptarlo todo sin más, sin interrogarnos a nosotros mismo.

Seguir nuestra razón y nuestros sentimientos, que creo que son imposibles de separar, es una buena medicina para acabar con tantas injusticias, para hacer que el mundo avance a mejor, y no a peor, que también puede. Otros lo han hecho antes que nosotros, pero todavía queda camino por andar.

domingo, 9 de mayo de 2010

Raro

Ayer nos pasó a F. y a mí una cosa muy rara, que si me la cuentan no me la creo. Por la mañana nos encontramos un móvil tirado en el suelo, en nuestra misma calle. Pudimos contactar la propietaria y quedamos que por la noche pasaríamos a dejárselo, ya que esa tarde teníamos planes. Ibamos a una exposición-degustación vegana que organizaba la UPAG (Unió Protectora d’Animals del Garraf) en Vilanova i la Geltrú . Lo increíble fue que de camino, en el trasbordo de metro, a F. le abrieron el bolsillo de la mochila y le robaron el móvil! Es verdad que lo llevaba en un bolsillo que no debía, pero es que en el mismo bolsillo llevaba su propio móvil y dos carteras. No sé, me parece una casualidad muy grande. Llevamos un montón de años con móvil y nunca nos ha pasado nada y nos encontramos uno y no nos dura ni una hora. Nos llevamos un disgusto, sobre todo F. que fue quien habló con la propietaria y quedó en llevárselo, pero ya no podíamos hacer nada. La mujer se habrá quedado pensando que nos hemos echado otras cuentas y al final nos lo hemos quedado.

A parte de esta anécdota, el acto de la UPAG estuvo muy bien y comimos genial. Hay que felicitar a los cocineros y a los organizadores por la idea.

lunes, 3 de mayo de 2010

Biocultura

Ayer domingo pasamos el día en la Feria Biocultura. Había stands de temas diversos, desde alimentación a ropa, estilo de vida y otros, entre ellos algunas asociaciones animalistas.

Comimos un bocadillo de seitán en el stand de Vegania, que por cierto muy prontito tendrán tienda en Barcelona. La pena es que no probamos los pasteles "aptos para alérgicos a la crueldad".

Fuimos a unas cuantas conferencias, entre ellas una sobre como cocinar con agar agar, el extracto de una alga que sirve para hacer gelatinas y alguna sobre crudiveganismo. Me gustó mucho una sobre batidos verdes, una mezcla de hojas verdes, que no verduras (espinacas, acelgas, lechugas, hojas de col, pero no col, hojas de zanahorias, pero no zanahorias...), frutas y agua.

Así que de este Biocultura salgo con la intención de:

A. Comprarme una batidora
B. Tomarme por las mañanas, o algunas mañanas, un buen vaso de batido verde.

Si queréis más información y recetas de estos batidos las encotraréis en la web de Vida en tu Comida!

jueves, 29 de abril de 2010

De buena mañana

Hoy he vuelto a pasar por el Mercado de la Boquería para llegar al trabajo. Que mal rollo! Trozos de cadáveres, lechones enteros, fotos de ferias ganaderas... y ese olor insoportable. Llego al trabajo llena de rabia, aunque ya sé que así no consigo nada.

Todavía no ha salido el tema, pero acabará por salir. La tragedia de ayer, la eliminación del Barça, que ya no irá a la final de la Champions. Y yo, que me conozco, entraré en el juego.

Ya sé que es mezclar cosas que no tienen nada que ver, que hay muchas cosas horribles en el mundo y no por eso nos privamos de nuestras aficiones, pero desgañitarse por algo tan tonto y pasar completamente de algo tan duro... Que sí, es mezclar cosas, es demagogia.

Lo escuché el otro día, que el fútbol es como la heroïna, porque mientras estás pendiente de él sólo hay un problema. Es una manera de simplificar. A lo mejor por eso tiene tanto éxito.

En fin, chorradillas.

lunes, 26 de abril de 2010

La rebelión cura

Hoy en Radio Bronka, una radio de ideología anarquista, hablaban de la psiquiatrización de la sociedad. Una de las cosas que han dicho, no sé si citando a alguien, es que la adaptación social supone la muerte espiritual. Ups. La sociedad nos impone un deber-deseo (lo que debemos de desear, entiendo) que se contrapone a nuestros propios deseos. El resultado es la enfermedad, el malestar. Como ya he escuchado otras veces, una sociedad enferma genera personas enfermas. Al final de la explicación se proponía como terapia la rebelión, la lucha por cambiar las cosas. La rebelión podría ser una cura.

Interesante reflexión. A mí me dice mucho.

jueves, 22 de abril de 2010

Ramblas éticas

Por fin las paradas de animales de las Ramblas van a cerrar. Después de años de trabajo de la plataforma Rambles ètiques, el asunto se ha resuelto de la mejor manera posible, con todas las paradas de animales cerradas.

Ésta es la noticia.

Claro que quisieramos que se acabara con la compra-venta de animales, porque las cosas se compran, pero los animales no. De todas formas, este es un paso importante que merece ser celebrado por todo lo alto.

Tendríamos que darnos cuenta que sólo ellos son propietarios de sus vidas, por poco valor que tengan para nosotros. Es triste asomarse a un puesto de venta de animales y ver que hay seres con un valor igual o inferior a lo que te puede costar un desayuno.

De todas formas he de confesar que yo misma he disfrutado de las paradas de animales de las Ramblas. Cuando niña y no hace tanto. Es extraño, sé que sabía que aquello no estaba bien o no, no lo sé. Es extraño darse cuenta que veías cosas pero no las veía en realidad o no me las planteaba.

Muchas personas que no vean con buenos ojos el cierre de las tradicionales tiendas de animales de las Ramblas, quizás algún día, como yo, dejen de ver el "escaparate" para ver el fondo, el tráfico de vidas, de las vidas de otros que también merecen respeto.

lunes, 12 de abril de 2010

Pestiños cordobeses

Se pasaron las minivacaciones de Semana Santa, hace ya bastante, vaya. Al final no hicimos mona pero hicimos un pastel de chocolate para celebrar el cumple de mi madre. La receta es sacada de la web de la UPAG (sección Vegetarianismo, recetas veganas, pastel de chocolate). Nosotros lo hicimos más pequeño, con menos cantidades y en lugar de azúcar pusimos fructosa. Para la cobertura pusimos leche de soja, a falta de nata. Nos quedó un poquitín mazacote, a lo mejor le faltó levadura o la masa nos quedó demasiado espesa, pero estaba bueno. Cuando los ingredientes son buenos no puede quedar malo.



Mi madre también preparó una receta del pueblo típica de Semana Santa, pestiños cordobeses, también conocidos como orejas de burro, por la forma que tienen. Una receta vegana de toda la vida.

Pestiños cordobeses

Ingredientes:

- 1 vaso de vino blanco
- 1 vaso de agua tibia
- 1 vaso de aceite de oliva
- harina (alrededor de 1 kg o la suficiente para que la masa no se pegue)
- 1 cucharada de azúcar o fructosa
- 1 cucharada de anís en grano
- sal

Elaboración:

Se calienta el aceite con una cascara de naranja (sirve para que no se queme el aceite, cuando veáis que la cáscara está quemada, la tenéis que sustituir por otra).

En un bol se pone el aceite frito, ya tibio, el agua tibia y el vino. Añadimos la sal, el azúcar y el anís en grano. A continuación añadimos la harina hasta conseguir una masa de textura espesa y que no se pegue en las manos. Amasamos bien. Es importante no dejarla enfriar.

Hacemos bolas de masa y las estirmos con el rodillo sobre una superficie lisa y limpia con un poco de harina para que no se pegue. Se trata de darle forma alargada y unir las puntas. Seguidamente freimos el pestiño en abundante aceite muy caliente (siempre con la cascarita de naranja). Hay que intentar que la masa del pestiño quede fina, lo más alargada que se pueda pero sin que se rompa. Cuando se ha frito se pone en una fuente con papel para que absorva el exceso de aceite. Por último, es opcional pasarlas por un plato con azúcar. Quedan muy buenos, pero los que tenemos problemas con el azúcar no podemos permitirnos ese lujo, así que en mi casa, mi madre siempre hace con y sin azúcar.

No es una receta difícil pero creo que es mejor verlos hacer o al menos tomárselo con calma y no esperar que salgan perfectos a la primera. Además con el rollo de hacer el pestiño, ponerlo en la sartén al momento, sacarlo... si lo podéis hacer en pareja mejor que mejor.

Una fotillo:

martes, 30 de marzo de 2010

Finde completo

Hemos tenido un finde completito. El sábado participamos en la protesta organizada por la plataforma Rambles ètiques para pedir al Ayuntamiento de Barcelona que cierre de una vez las paradas de animales de las Ramblas, que además de crueles son ilegales según la ley de protección de los animales y la normativa municipal.

Esa misma noche nos fuimos rumbo a Madrid, en un viajecito de 8 horas de ida y otras 8 de vuelta para asistir a una manifestación organizada por la plataforma La tortura no es cultura en protesta por la intención del gobierno de Madrid de convertir la Vergüenza Nacional en un Bien de Interés Cultural, con todo lo que eso conlleva. Parece que las comunidades peperas, con Madrid a la cabeza, están enfadadas o asustadas por la posible abolición de las corridas en Cataluña y se han sacado de la manga esta ocurrencia. A pesar de lo cansado del viaje, que al final no me pareció tanto porque iba preparada para lo peor, me gustó estar en un acto multitudinario con tanta gente unida por una causa tan noble. Fuimos muchos desde Barcelona y también desde otros puntos de España. Pues eso, mi primer viaje a los madriles y apenas duró unas horas.

Así pasé el domingo de ramos y ahora ya estamos en plena Semana Santa o lo que es lo mismo, jornada intensiva en el trabajo y cuatro días de desconexión, esperemos. También tengo ganas de hacer la mona, que será un pastel de chocolate, y si queda bien ya pondré fotos.

Una foto de la riada de gente:

lunes, 22 de marzo de 2010

Llegó la primavera :-)

Y a propósito de la primavera, esta frase que leí hace poco y me encantó.

"Cada hombre y cada criatura tienen el sagrado derecho a la alegría de la primavera". León Tolstoy (escritor ruso e ilustre vegetariano)

domingo, 14 de marzo de 2010

Nuestro primer pan

La semana pasada fuimos de calçotada con los compañeros del foro, que nos pusimos finos a base de calçots y pasteles veganos, y el lunes cayó una nevada como hacía más de 25 años que no caía una en Barcelona. Así quedó mi calle:



De todas formas, el gran evento de la semana ha sido que hemos hecho nuestro primer pan. Ahora nos haremos el pan, como los hippies!! Le dimos el estreno a nuestra panificadora y el resultado ha sido un bonito pan integral de 1 kg con el que hemos estado comiendo toda la semana y lo mejor es que no se ha puesto duro.

Por lo que veo son muchos los veganos que tienen panificadora, que junto con la germinadora y, en el caso de las mujeres, la copa menstrual, forman el kit del perfecto vegano ;-)

Aquí os dejo unas fotos del pan y de unas torradas que hicimos para cenar un día.





La receta de las torradas es muy fácil, sólo hay que cortar unas rebanadas de pan y ponerles lo que se tenga a mano. Nosotros les pusimos cebolla, pimiento escalibado de lata, alcaparras y queso vegano, pero también les quedan bien los champiñones, alcachofas (las de lata mismo), tomate, etc. Después las pones al horno precalentado a temperatura más bien alta unos 10 minutos o hasta que veas que están hechas.

Aquí están las torradas, unas sopas de miso con col, algas y tofu que nos hicimos de primero y el Leo, vigilando que todo estuviera en su sitio.

jueves, 11 de marzo de 2010

Obscenidades

Hoy a la hora de comer, camino del restaurante, he pasado por delante del Mercado de la Boquería. Mira que es algo que intento evitar, pero hoy lo he hecho. Bueno, pues he visto una carnicería que anunciaba "el cerdo y el pollo se dan regalados" y cuando he mirado en el interior me he encontrado con la cabeza de un cerdo en mitad de los restos de otros animales. Está claro que una pierna, un lomo o cualquier otra parte del cuerpo no debería dejarnos indiferentes, pero las cabezas impactan como no te impacta ninguna otra parte, o al menos a mí. Aunque supongo que a los clientes de la carnicería no les debe afectar lo más mínimo y a lo mejor hasta les hace gracia. A mí me ha cogido una cosa que me han entrado ganas de llorar.

En fin, esta misma semana estaba consultando unos números antiguos de revistas, para el trabajo, y en uno había un reportaje sobre un conflicto en África (lo siento, pero no recuerdo el país, pero tampoco creo que sea tan importante). El caso es que me topé con una foto en la que se veía sobre una mesa la cabeza cortada de un hombre, por lo visto un guerrillero. No era la primera vez que veía una foto de una cabeza humana cortada y recuerdo que cuando ví una por primera vez, en una foto de guerra, como no, casi ni me lo podía creer. Me impactó mucho la foto, pero no sé si más que la del cerdo en el expositor, supongo que porque lo uno era una foto y lo otro una cabeza real a apenas un metro de mí. Y sobre todo, en el caso de la cabeza humana quien hizo la foto estaba denunciado un hecho horrendo, mientras que en el caso del cerdo, los carniceros no denuncian nada, seguramente ni son conscientes de lo miserable de su acto.

Después me voy al restaurante, al lado tengo una pareja y me entero de casi toda su conversación, no porque yo tenga interés en las conversaciones ajenas (Dios me libre!), sino porque en los restaurantes de ahora la separación entre las mesas es anecdótica. El caso es que ella es extrangera y habla de unos dibujos, por lo visto es artista, y le comenta a su compañero que está pensando en comprarse algo, no sé si unos zapatos o una chaqueta, que está rebajado un 50 % pero aún así cuesta 250 euros!! No sé, a lo mejor no viene a cuento, o sí, pero como suele decirse y para no ser nada original: que mundo de locos!!

domingo, 7 de marzo de 2010

¿Qué coméis los veganos?

"¿Pero entonces, qué vamos a comer?!" Seguro que habéis escuchado esta pregunta muchas veces. Mucha gente se asombra de que haya gente que no come ni carne, ni leche, ni huevos y a veces hasta no se lo creen. Muchos piensan que no comemos prácticamente nada o sólo verduras.

Cuando participo en actos de promoción de veganismo es de las preguntas habituales. A veces no es una pregunta, es sólo una exclamación.

La respuesta es larga, pero siempre se puede adaptar. Se puede tomar como una pauta.

¿Qué coméis?

Los veganos comemos (nada de "podemos" comer) cereales, frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas, germinados, soja y sus derivados (como el tofu) o el seitán, estos últimos, alimentos muy proteicos.

De hecho, la pirámide de la alimentación omnívora equilibrada no es tan diferente de la vegana, ya que los productos de origen animal no están en su base. Lo que pasa es que en nuestra sociedad la mayoría de la gente basa su alimentación en productos de origen animal, con todos los problemas de salud que esto conlleva.

Comer vegano no es sinónimo de comer aburrido. Hay muchos alimentos donde elegir: gran variedad de cereales y legumbres (algunos poco conocidos), así como productos nuevos para descubrir, como el tofu, el miso, el seitán, las algas, lo diferentes germinados, etc. También hay muchas recetas y muy variadas. En internet hay muchas webs con recetas veganas, El delantal verde es una web muy recomendable.

Comer vegano no quiere decir tener que comer completamente diferente a como se ha hecho siempre. Se pueden hacer versiones veganas de los platos de toda la vida, como tortillas, croquetas, lasaña, salsas como la mayonesa, boloñesa o pesto. Tampoco nos cortamos con los dulces y los postres. Se pueden hacer pasteles veganos deliciosos que no tienen nada que envidiar a los que llevan productos obtenidos de la explotación animal. Y para los que los echen en falta, se pueden encontrar productos como hamburguesas, quesos y diferentes tipos de embutidos veganos que imitan a los originales en el aspecto y sabor.

Aquí una foto de El delantal verde, la receta aquí. ¿No tiene buena pinta?

jueves, 4 de marzo de 2010

Pide vegano

Hace unas semanas me llevé una alegría al descubrir que el restaurante vegetariano L'Hortet (C/Pintor Fortuny, 32) marcaba los platos veganos en el menú.

Felicité a las camareras por la idea y una de ellas, que también es la propietaria, me comentó que el primer día mucha gente les preguntaba qué era eso de “vegano”. Muy bien, la próxima vez ya lo sabrán. La propietaria también me dijo que habían decidido marcarlos porque había mucha gente que preguntaba qué platos eran veganos. Es decir, que lo habían hecho por pura comodidad.

Creo que marcar los platos es algo bueno, primero por comodidad nuestra y segundo porque ayuda a hacer visible el veganismo. Además es una práctica muy común en Europa, donde el veganismo está mucho más normalizado. Aquí todavía no es muy habitual, al menos por ahora.

Yo lo tengo claro, pienso pedir vegano y cuando vea algo que me gusta o me disgusta lo haré notar sutilmente. Unos ejemplos: en el Vegania de la calle Jovellanos el otro día sólo había un plato vegano de entre tres, cuando normalmente hay dos. Yo ya lo sabía, pero no estaba de más soltar: “sólo tenéis un plato vegano hoy?”. Este mismo restaurante hace poco ha incorporado al menú un pastel vegano, pues eso se tiene que felicitar, para que se animen a seguir haciéndolo.

No sé, a lo mejor son tonterías, pero pienso que si somos muchos los que vamos pidiendo vegano cada vez se nos tendrá más en cuenta. Además, dicen que la oferta crea demanda y no sólo a la inversa.

Pedid vegano, pedid ;-)

domingo, 28 de febrero de 2010

¿Qué es vegano/veganismo?

A raíz del artículo sobre activismo efectivo, en el que se recomienda que estemos preparados para contestar las preguntas que nos suelen hacer habitualmente, me he planteado hacer un FAQ (frequently asked questions) que sea útil para mí y para quien quiera aprovecharlo.

La primera pregunta que planteo no podía ser otra que qué es vegano o veganismo. La gente sabe que es un vegetariano, aunque muchas veces creen que es alguien que come pescado o pollo, pero la palabra veganismo es todavía poco conocida. Cuando nos preguntan qué es vegano, a veces caemos en la tentación de soltar una retahíla de las cosas que no hacemos o no podemos hacer, haciendo creer a la gente que el veganismo es como una especie de religión que prohíbe un montón de cosas. Al contrario, creo que el acento se debe poner, más que en lo que no hacemos, en el aspecto ético.

Mi respuesta se basa en parte en lo que he encontrado en esta web y esta otra de la ONG Libera! Allí encontraréis más información.

Es una respuesta bastante larga, pero siempre se puede ofrecer la información más básica y extendernos si así lo solicita el interlocutor.

¿Qué es vegano/veganismo?

El veganismo es un planteamiento según el cual se guarda respeto hacia todos los animales, rechazando las prácticas y el consumo de productos que provengan del uso o de la muerte de los animales.

Los animales no son cosas, son seres sensibles, tanto a nivel físico como psíquico, porque tienen un sistema nervioso y un aparato locomotor. Son capaces de sentir, de disfrutar y de sufrir. Ellos tienen unos intereses, como mínimo el interés por vivir, de disfrutar de sus vidas en libertad y de hacerlo sin padecer sufrimiento. La realidad es que a la práctica utilizamos a los demás animales como si fueran cosas, objetos, productos, medios para producir un beneficio y no tenemos en cuenta sus intereses más básicos.

Nosotros tenemos alternativas al uso de los animales, podemos alimentarnos con productos de origen vegetal (evitando la carne, el pescado, los huevos y los lácteos) y estar perfectamente sanos y disfrutar comiendo. También podemos vestirnos, calzarnos (evitando la piel, incluyendo el cuero, o la lana), cuidar nuestra higiene y divertirnos sin necesidad de usar al resto de animales, como en las corridas de toros, los zoos o los circos.

Cada segundo son asesinados 15.000 animales para consumo humano. Es una gran cantidad de sufrimiento totalmente innecesario. Nosotros podemos elegir apoyar esa explotación o boicotearla. Ser vegano es como decir yo estoy en contra de esta gran injusticia, de esta crueldad que es la explotación y muerte de los demás animales. Si los animales no son cosas, entonces no deberíamos usarlos, deberíamos respetarlos.

Los veganos éramos personas que decíamos que nos importaban los animales, pero a la práctica estabamos participando en su explotación. Un día te das cuenta de la incongruencia que es que te preocupen los perros y los gatos, pero por otra parte te estés comiendo a cerdos o pollos, que son seres que sienten de igual forma. Nos han educado para pensar que hay unos animales para acariciar, como los perros, y otros para comer, como los cerdos. Pero eso es algo completamente arbitrario, cultural, sin ninguna base.

Las personas debemos ser críticas y como mínimo conocer la realidad y reflexionar sobre ella. Hay muchos intereses económicos que impiden que esa información se difunda, pero tenemos la obligación moral de conocerla. En libros y en Internet se puede encontrar mucha información, así como vídeos que muestran la realidad de las industrias de explotación animal. “Earthlings” es un documental muy famoso que es fácil de encontrar en Internet.

Conocer la realidad y reflexionar sobre ella es lo mínimo que deberíamos hacer. No es justo que miremos hacia otro lado, mientras ellos no tienen esta alternativa.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Un pececillo

Cerca de donde trabajo hay una tienda de esas que liberan móviles, locutorio y no sé cuantas cosas más. En el escaparate tienen una pecera, de esas redondas y minúsculas. Por mucho tiempo ha estado vacía, pero hará una semana y media o dos, como mucho, pusieron un pez naranja. Como os podéis imaginar me dió mucha pena. Qué necesidad hay de poner animales en esas condiciones? Hace dos días pasé por delante de la tienda a la hora de comer y el pez flotaba inmóvil, muerto. De vuelta a casa, por la tarde, la pecera volvía a estar vacía.

Se les ocurrirá reemplazarlo por otro, que como mucho sobrevivirá algunos días?
Cuánto vale un pez naranja? Nada, seguro que menos de lo que te cuesta un desayuno. Para ellos era sólo una decoración, como podría haber sido un jarrón o cualquier otra cosa.

Me ha dado mucha pena y mucha impotencia, impotencia de no poder entrar en sus cabezas y gritarles y marcarles a fuego que los animales no son cosas, que sus vidas no tienen precio porque son sus vidas.

Si ponen otro pez entraré a hablar con ellos. No creo que sirva de nada, pero no me voy a callar.


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A los pocos días habían puesto otro pez y entré a hablar con el propietario, que debía ser paquistaní. Le expliqué mis razones, a saber, que el pez no estaba en condiciones y que si no lo quitaban de allí me informaría si había alguna manera de denunciarlo. El hombre me explicó lo mucho que le gustaban los animales y me daba la razón en todo, pero el pez siguió allí como si nada.

Una compañera animalista y abogada me sugirió que dejase constancia en el libro de reclamaciones y que si me ponían pegas llamase a los mossos. Efectivamente, pusieron pegas y llamamos a los mossos (hablo en plural porque estaba con F. el día de los mossos). Al final los mossos me dijeron que si no era clienta no podía poner reclamación pero podía quejarme en la oficina del consumidor. Como pensé que en la oficina del consumidor también me pedirían que fuera clienta, decidí presentar una instancia en el Ayuntamiento, cosa que pensaba hacer junto con la reclamación, pero el dia que iba a llevar la instancia me llevé la grata sorpresa de que el pez ya no estaba. Ni el pez ni la pecera. Y ahora hará unos días que vuelve a estar la pecera, vacía. Seguramente esconderían la pecera para que no se viera desde la calle y una vez muerto el pez la han vuelto a colocar en su sitio de siempre. Se les ocurrirá poner otro pez?

Cuando hablamos, el propietario del negocio no paraba de decirme que los culpables eran los que vendían los peces en las Ramblas, que me fuera a quejar a ellos y no a él. Que no lo dude, este sábado hay una protesta organizada por la plataforma Rambles ètiques, que piden lo que dice la ley y que así, de una vez por todas, esas paradas desaparezcan. Pero que unos vendan no justifica que otros compren.

Seguiremos vigilando al señor del locutorio, amante de los peces, que sin embargo no debe llorarlos mucho porque sino tendría un duelo cada 15 días.

Nota del 23 de marzo