jueves, 29 de abril de 2010

De buena mañana

Hoy he vuelto a pasar por el Mercado de la Boquería para llegar al trabajo. Que mal rollo! Trozos de cadáveres, lechones enteros, fotos de ferias ganaderas... y ese olor insoportable. Llego al trabajo llena de rabia, aunque ya sé que así no consigo nada.

Todavía no ha salido el tema, pero acabará por salir. La tragedia de ayer, la eliminación del Barça, que ya no irá a la final de la Champions. Y yo, que me conozco, entraré en el juego.

Ya sé que es mezclar cosas que no tienen nada que ver, que hay muchas cosas horribles en el mundo y no por eso nos privamos de nuestras aficiones, pero desgañitarse por algo tan tonto y pasar completamente de algo tan duro... Que sí, es mezclar cosas, es demagogia.

Lo escuché el otro día, que el fútbol es como la heroïna, porque mientras estás pendiente de él sólo hay un problema. Es una manera de simplificar. A lo mejor por eso tiene tanto éxito.

En fin, chorradillas.

lunes, 26 de abril de 2010

La rebelión cura

Hoy en Radio Bronka, una radio de ideología anarquista, hablaban de la psiquiatrización de la sociedad. Una de las cosas que han dicho, no sé si citando a alguien, es que la adaptación social supone la muerte espiritual. Ups. La sociedad nos impone un deber-deseo (lo que debemos de desear, entiendo) que se contrapone a nuestros propios deseos. El resultado es la enfermedad, el malestar. Como ya he escuchado otras veces, una sociedad enferma genera personas enfermas. Al final de la explicación se proponía como terapia la rebelión, la lucha por cambiar las cosas. La rebelión podría ser una cura.

Interesante reflexión. A mí me dice mucho.

jueves, 22 de abril de 2010

Ramblas éticas

Por fin las paradas de animales de las Ramblas van a cerrar. Después de años de trabajo de la plataforma Rambles ètiques, el asunto se ha resuelto de la mejor manera posible, con todas las paradas de animales cerradas.

Ésta es la noticia.

Claro que quisieramos que se acabara con la compra-venta de animales, porque las cosas se compran, pero los animales no. De todas formas, este es un paso importante que merece ser celebrado por todo lo alto.

Tendríamos que darnos cuenta que sólo ellos son propietarios de sus vidas, por poco valor que tengan para nosotros. Es triste asomarse a un puesto de venta de animales y ver que hay seres con un valor igual o inferior a lo que te puede costar un desayuno.

De todas formas he de confesar que yo misma he disfrutado de las paradas de animales de las Ramblas. Cuando niña y no hace tanto. Es extraño, sé que sabía que aquello no estaba bien o no, no lo sé. Es extraño darse cuenta que veías cosas pero no las veía en realidad o no me las planteaba.

Muchas personas que no vean con buenos ojos el cierre de las tradicionales tiendas de animales de las Ramblas, quizás algún día, como yo, dejen de ver el "escaparate" para ver el fondo, el tráfico de vidas, de las vidas de otros que también merecen respeto.

lunes, 12 de abril de 2010

Pestiños cordobeses

Se pasaron las minivacaciones de Semana Santa, hace ya bastante, vaya. Al final no hicimos mona pero hicimos un pastel de chocolate para celebrar el cumple de mi madre. La receta es sacada de la web de la UPAG (sección Vegetarianismo, recetas veganas, pastel de chocolate). Nosotros lo hicimos más pequeño, con menos cantidades y en lugar de azúcar pusimos fructosa. Para la cobertura pusimos leche de soja, a falta de nata. Nos quedó un poquitín mazacote, a lo mejor le faltó levadura o la masa nos quedó demasiado espesa, pero estaba bueno. Cuando los ingredientes son buenos no puede quedar malo.



Mi madre también preparó una receta del pueblo típica de Semana Santa, pestiños cordobeses, también conocidos como orejas de burro, por la forma que tienen. Una receta vegana de toda la vida.

Pestiños cordobeses

Ingredientes:

- 1 vaso de vino blanco
- 1 vaso de agua tibia
- 1 vaso de aceite de oliva
- harina (alrededor de 1 kg o la suficiente para que la masa no se pegue)
- 1 cucharada de azúcar o fructosa
- 1 cucharada de anís en grano
- sal

Elaboración:

Se calienta el aceite con una cascara de naranja (sirve para que no se queme el aceite, cuando veáis que la cáscara está quemada, la tenéis que sustituir por otra).

En un bol se pone el aceite frito, ya tibio, el agua tibia y el vino. Añadimos la sal, el azúcar y el anís en grano. A continuación añadimos la harina hasta conseguir una masa de textura espesa y que no se pegue en las manos. Amasamos bien. Es importante no dejarla enfriar.

Hacemos bolas de masa y las estirmos con el rodillo sobre una superficie lisa y limpia con un poco de harina para que no se pegue. Se trata de darle forma alargada y unir las puntas. Seguidamente freimos el pestiño en abundante aceite muy caliente (siempre con la cascarita de naranja). Hay que intentar que la masa del pestiño quede fina, lo más alargada que se pueda pero sin que se rompa. Cuando se ha frito se pone en una fuente con papel para que absorva el exceso de aceite. Por último, es opcional pasarlas por un plato con azúcar. Quedan muy buenos, pero los que tenemos problemas con el azúcar no podemos permitirnos ese lujo, así que en mi casa, mi madre siempre hace con y sin azúcar.

No es una receta difícil pero creo que es mejor verlos hacer o al menos tomárselo con calma y no esperar que salgan perfectos a la primera. Además con el rollo de hacer el pestiño, ponerlo en la sartén al momento, sacarlo... si lo podéis hacer en pareja mejor que mejor.

Una fotillo: