sábado, 18 de septiembre de 2010

Vincianos, damasquianos y emplazados: cual es tu recorrido?

Tom Regan, en su libro Jaulas vacías (Barcelona: Fundación Altarriba, 2006) se pregunta sobre la experiencia que lleva a alguien a convertirse en un ARA (Animal Rights Advocats, que en castellano serían los defensores de los derechos de los animales) e intenta hacer una clasificación.

Un buen día alguien se mira al espejo y descubre a un defensor de los animales, pero qué ha pasado para que llegue hasta aquí? Habríamos sufrido un cambio de percepción de la realidad. Un ejemplo gráfico es de las imágenes donde se pueden ver unas figuras u otras. Antes veríamos sólo el jarrón y ahora veríamos también las caras.



Regan explica los diferentes procesos de cambio de los ARA a través de las siguientes tipologías:

Vincianos

Los ARA vincianos son aquellos que de niños empatizan con los animales humanos de forma natural. Para ellos los animales son sus amigos y sienten por ellos respeto y lealtad.

El nombre proviene de Leonardo da Vinci, que, como estos niños, sentía un amor innato por los animales. Para quien no lo sepa, el genio del Renacimiento era vegetariano y hacía cosas tan "infantiles" como ir a comprar los pájaros del mercado para después dejarlos en libertad.

Desgraciadamente muchos niños vincianos no pueden desarrollar su verdadera naturaleza por la influencia de la familia, la escuela y la sociedad en general.

Según Regan no son muchos los ARA vincianos.

Damasquianos

Los ARA damasquianos adquieren la conciencia animalista a raíz de una experiencia, generalmente traumática, y esto sucede en una abrir y cerrar de ojos, de manera parecida a la conversión al Cristianismo de Saul, después San Pablo, cuando iba camino de Damasco.

Son muchas las experiencias damasquianas, pero aquí describo alguna para que os hagáis una idea. Una pareja quedó paralizada en un atasco y justo delante tenían un camión lleno de cerdos camino del matadero. No pudieron evitar que sus miradas se cruzaran con las de algunos de ellos y eso les provocó un cambio dentro de ellos. También recuerdo haber leído la experiencia de un combatiente en la Segunda Guerra Mundial que, tras una explosión, vió pasar desesperada una yegua cubierta de llamas. Se cruzaron sus miradas y fue como si ella le preguntara: qué he hecho yo para merecer esto?

En esta cita, la escritora Alice Walker describe lo que parece una experiencia damasquiana: "Cuando un día hablábamos sobre la libertad y la justicia estábamos sentados ante filetes. Estoy comiendo miseria, pensé para mí cuando tomé el primer bocado, y lo escupí".

En la actualidad, creo que el documental Earthlings ha sido la experiencia damasquiana para el cambio de percepción de muchos animalistas.

Emplazados

Según Regan son la gran mayoría y por tanto la gran esperanza de los animales, por eso dedica su libro a ellos. Los emplazados son aquellos que sin tener una conciencia animalista innata ni haber sufrido una experiencia que les haya provocado un cambio de percepción, se van convirtiendo en ARA poco a poco. Sería un proceso gradual, en el que la persona se plantearía dudas, buscaría información, encontraría respuestas... El propio autor se considera un claro ejemplo de emplazado. Filósofo activista en la defensa de los derechos humanos un día cayó en sus manos un libro de Gandhi que le lanzaba el reto del respeto hacia los animales. Debió sentir destapada su incoherencia (inconsistencia, disonancia...), lo que le llevó a investigar el tema, buscando argumentos consistentes para poder seguir como hasta entonces, excluyendo al resto de animales de su consideración moral. Los buscó, pero muy a su pesar no los encontró. Al contrario, acabó convirtiéndose en uno de los filósofos de referencia sobre el tema de los derechos de los animales.

Otro día cuento mi recorrido. Y si vosotros me queréis contar el vuestro, o en qué punto del camino estáis, pues será muy bienvenido.

martes, 7 de septiembre de 2010

Disonancia y cambio

Siguiendo con el tema del cambio y muy relacionado con el tema de la inconsistencia moral, hace unas semanas, haciendo zapping, me encontré con la repetición de uno de los programas de la pasada temporada de Redes. Lo pillé casi al final, pero enseguida me quedé enganchada. Se trata de una conferencia en la que Carol Anne Tavris, psicóloga social y escritora, habla de la disonancia. Explica que la mente humana no acepta la disonancia (algo así como la inconsistencia moral?) y que por tanto es reacia a la crítica y al cambio. Por lo visto las personas nos sentimos buenas y competentes y si alguien nos muestra lo contrario podemos reaccionar de dos maneras distintas: agradeciéndole que nos haya facilitado esa información o mandándolo a tomar un poco de viento. Os podéis imaginar cual es la actitud más común... También dice cosas tan interesantes y por muchos conocidas como que los males del mundo no se deben a algunas personas malvadas, sino a muchas personas que creyéndose buenas cometen actos inmorales, pero se autojustifican para así tener sus conciencias tranquilas.

La ciencia nos dice que la mente humana es reacia al cambio pero el cambio es posible.

La relación con lo que estamos haciendo con las animales es tan clara que no creo que haga falta ni comentarla. A la mayoría de la gente no le interesa saber, es demasiado incómodo. Además mirar hacia otro lado es fácil cuando la práctica totalidad de la sociedad ha firmado un pacto de silencio alrededor de este tema.

Si os interesa, aquí tenéis el programa. Se titula "La ciudad de las ideas" y la conferencia de la que os hablo la encontraréis hacia el final.