martes, 22 de septiembre de 2009

El fin de la historia?

Ahí estamos, no? En el mejor de los mundos, con sus cosillas que hay que limar, pero con los buenos principios. La esclavitud, el sometimiento de la mujer y los niños, la homofobia, entre otros, son cosas del pasado o de otros países. Aquí pueden quedar vestigios pero hay consenso en que se deben acabar. Vamos por el buen camino. Podemos irnos a dormir tranquilos.

Yo vivía en este mundo hasta que se me hundió. Se acabó: ahora tengo la conciencia de habitar un mundo que tortura y mata impunemente (eso se llama violencia institucionalizada) a otros animales y lo más triste de todo es que es un mundo que se dice compasivo, humano.

Ahora creo que entiendo a los que lucharon por la abolición de la esclavitud humana, por el reconocimiento de derechos civiles a minorías étnicas o la igualdad de derechos de las mujeres. Antes me sentía cercana a ellos, simpatizaba con ellos, pero no les entendía.

Pienso que debieron sentirse incomprendidos y algunas veces inseguros de sí mismos. Quizás no tenían la certeza de que la causa por la que luchaban fuera a triunfar algún día. Vivieron a contracorriente, pero con el valor que da el saber que algo no está bien y que debe cambiar.

Ahora sé que todavía hay mucho camino, mucho por lo que luchar.

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