Ya ha llegado el día en que nos han dicho que nuestro sobrinito come carne. Era sólo cuestión de tiempo.
Recuerdo que una de las primeras veces que lo vi pensé en lo injusto que sería hacerle daño a una criatura tan vulnerable e inocente.
Bueno, son cosas mías, tampoco hay que darle más vueltas.
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