Otro día me dió pena descubrir en el parque de atracciones del Prater una atracción que utilizaba animales. Hice una par de fotos:
Recuerdo haber visto atracciones con ponys a los que hacían dar vueltas. De hecho creo que me subieron una vez cuando era pequeña. Creía que era una cosa del pasado, pero veo que no.
Me dió mucha pena y rabia. Estaban sin vida, yo diría que deprimidos. No se movían ni interactuaban entre ellos. La gente les hacía caricias, pero lo que deberían ver es que no son cosas que deban ser utilizadas como diversión y expresar su desacuerdo quejándose o, como mínimo, no pagando para que sus hijos suban en ellos.
Me sentí un poco miserable por la suerte que tengo de tener libertad (entre comillas, pero libertad) por pertenecer a mi especie y por la libertad que les negamos a los que son de otra.
Poca cosa más para comentar. La semana que viene vuelta al trabajo. No lo quiero ni pensar :(
No hay comentarios:
Publicar un comentario