lunes, 11 de abril de 2011

Primero los problemas humanos

A que animalista no le han echado en cara que se preocupe de los animales habiendo tantos problemas humanos por resolver? Creo que no conozco a ninguno. Sin embargo, al menos a mí, siempre me han hecho este comentario mientras participaba en un acto de defensa de los animales, nunca mientras hacía cola en un cine o tomaba el sol en una playa. Además las personas que lo hacían no estaban precisamente trabajando por los derechos humanos, más bien estaban disfrutando de su tiempo de ocio o de compras (que para algunos es lo mismo).

Este comentario está cargado de mala fe y suele venir de gente que no hace nada o muy poco por ninguna causa. Es una simple excusa para sentirse mejor con uno mismo. Sinceramente no creo que haya muchos activistas por los derechos humanos que hicieran este comentario. A pesar de todo, a esta gente también hay que darles argumentos presentados de una manera correcta.

El maltrato, el sometimiento, el abuso, la explotación a la que sometemos a los demás animales es un problema importante y urgente. Es importante porque afecta a un grandísimo número de individuos (sólo en EUA son matados para el consumo unos 10.000 millones de animales cada año) y provoca una cantidad de sufrimiento inimaginable. Por tanto, luchar por los derechos de los animales es una causa justa en sí misma, independientemente de que haya otros problemas importantes. Además hemos de pensar que son muchas menos las personas concienciadas en la defensa de los animales y que hacen activismo por ellos.

Por otra parte, con este argumento se pospondría por siempre la causa de los derechos de los animales, puesto que es muy inocente pensar que algún día se erradicaran todos los problemas humanos.

Una cosa no quita la otra. Igual que trabajar en una ONG que lucha contra el hambre en el mundo no implica indiferencia ante, por ejemplo, la explotación infantil, de igual manera preocuparse por los animales no humanos no significa desinterés por los problemas humanos. De hecho, entre unos y otros hay una clara conexión. No son pocos los activistas animalistas que empezaron en el campo de los derechos humanos. El mismo Henry Spira es un buen ejemplo y yo misma conozco a unos cuantos más. Lo mismo sucede a la inversa, una persona que se preocupe por los animales es más fácil que actúe también en defensa de los humanos. Lo que suele pasar es que nuestro tiempo y dinero son limitados, así que acabamos dedicándonos a un ámbito de actuación. A veces dentro del mismo movimiento por los derechos de los animales te acabas especializando en un ámbito de explotación (pieles, experimentación, espectáculos...) o te limitas a colaborar con una organización. Aunque repito que no son pocos los ejemplos de activistas por los derechos de unos y de otros.

Trabajar por los derechos de los animales es también una manera de luchar por los derechos humanos. Se ha investigado y demostrado científicamente lo que nos venía diciendo a gritos el sentido común: que la violencia contra los animales está fuertemente vinculada con la violencia contra las personas. La violencia es una y suele manifestarse contra los más indefensos y vulnerables, que son los animales, los niños, las mujeres, los ancianos... En este sentido es interesante esta web que explora esta conexión: GEVHA (grupo para el estudio de la violencia hacia humanos y animales). Ya lo dice el lema: "Animal liberation, human liberation". Sin duda, una sociedad que respete a los animales, los que están a nuestra merced, sería una sociedad justa y respetuosa también con nuestros compañeros de especie. El mundo con el que soñamos, vaya.

En cualquier caso, si alguien se está planteando hacerse vegano pero le frena la idea de que hay otros problemas más importantes por resolver, le diría que esto no debe ser ningún impedimento. Puede ser vegano y dedicar sus recursos en alguna causa humanitaria. El veganismo no le va a costar tiempo ni dinero, más bien se lo va a ahorrar. Sólo tendrá que elegir otro producto en el supermercado u otro plato del menú. De igual modo que no hace falta ser una feminista militante para no ser un maltratador de mujeres, no hace falta ser un activista animalista para dejar de participar en la explotación y muerte de los demás animales.

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