"Ver lo que está bien y no hacerlo es falta de valor". Confucio
Me parece una frase que explica como ninguna otra lo que es el valor.
viernes, 27 de noviembre de 2009
martes, 17 de noviembre de 2009
Matar por necesidad?
"No estoy a favor de matar animales por diversión, pero sí para comerlos". Muchísima gente piensa así y es que creen que comer animales es necesario para sobrevivir. No niego que haya poblaciones en las que comer animales sea cuestión de vida o muerte, pensemos en los esquimales, pero para nosotros, aquí y ahora, comer animales e incluso cualquier producto de origen animal es algo innecesario y por tanto evitable. Visto así nos podemos plantear cuanto sufrimiento gratuito podríamos evitar con un simple cambio de nuestros hábitos. Se trata de hacer un cambio de chip.
Hay quien prefiere pensar que come animales por necesidad, pero la realidad es que se puede vivir perfectamente sin hacerlo y que muchos animales, miles, millones, cientos de miles de millones, podrían ahorrarse una vida de sufrimientos. Y que algo así sólo dependa de un cambio de chip...
Me maravillé cuando descubrí que Arturo Pérez Reverte, que ha escrito mucho en contra de las corridas de toros, acerca del paté de foie opinaba que si los patos sufrían no era su problema, porque el paté estaba muy rico. Yo le diría que, por esta regla de tres, muchos dirán que si el toro sufre en la plaza no es cosa suya, porque ellos se lo pasan muy bien.
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Sobre esto, una muy buena reflexión de Erfoud: el test ético.
(nota del 26 de noviembre)
Hay quien prefiere pensar que come animales por necesidad, pero la realidad es que se puede vivir perfectamente sin hacerlo y que muchos animales, miles, millones, cientos de miles de millones, podrían ahorrarse una vida de sufrimientos. Y que algo así sólo dependa de un cambio de chip...
Me maravillé cuando descubrí que Arturo Pérez Reverte, que ha escrito mucho en contra de las corridas de toros, acerca del paté de foie opinaba que si los patos sufrían no era su problema, porque el paté estaba muy rico. Yo le diría que, por esta regla de tres, muchos dirán que si el toro sufre en la plaza no es cosa suya, porque ellos se lo pasan muy bien.
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Sobre esto, una muy buena reflexión de Erfoud: el test ético.
(nota del 26 de noviembre)
sábado, 7 de noviembre de 2009
Panallets veganos
Los panallets son típicos de Cataluña y se toman en la festividad de Todos los Santos. Están tan buenos y son tan fáciles de hacer que os recomiendo que los hagais, seais de donde seais.
Mi receta:
- 250 gr. de almendra molida
- 200 gr. de fructosa (en la receta original ponía 250 gr. de azúcar)
- 250 gr. de patatas
- Limón
- Piñones, cacao, coco rallado...
Se hierven las patatas con piel, se pelan, se machacan con el tenedor y se dejan enfriar completamente. Se añade el azúcar o fructosa, la almendra molida y ralladura de limón. Se mezcla todo bien con un tenedor y se chafa la mezcla sin removerla hasta que quede unida.
Dejamos que la masa repose un rato y empezamos a hacer bolitas. Se pueden hacer con diferentes formas y sabores: rebozados en piñones, mezclando la masa con coco rallado, cacao, café, etc. En este caso, yo los hice de piñones, coco y cacao.
Finalmente, se hornean unos 15 minutos a fuego medio (180º).
Recién salidos del horno están muy blandos pero luego van cogiendo consistencia.
No sé si por las fotos resultan muy apetecibles, pero estaban buenos, buenos.
Mi receta:
- 250 gr. de almendra molida
- 200 gr. de fructosa (en la receta original ponía 250 gr. de azúcar)
- 250 gr. de patatas
- Limón
- Piñones, cacao, coco rallado...
Se hierven las patatas con piel, se pelan, se machacan con el tenedor y se dejan enfriar completamente. Se añade el azúcar o fructosa, la almendra molida y ralladura de limón. Se mezcla todo bien con un tenedor y se chafa la mezcla sin removerla hasta que quede unida.
Dejamos que la masa repose un rato y empezamos a hacer bolitas. Se pueden hacer con diferentes formas y sabores: rebozados en piñones, mezclando la masa con coco rallado, cacao, café, etc. En este caso, yo los hice de piñones, coco y cacao.
Finalmente, se hornean unos 15 minutos a fuego medio (180º).
Recién salidos del horno están muy blandos pero luego van cogiendo consistencia.
No sé si por las fotos resultan muy apetecibles, pero estaban buenos, buenos.
jueves, 5 de noviembre de 2009
El principio mafia
Hace unos años, fui a una conferencia en el CCCB titulada "El especieismo y la consideración moral de los animales". Marta Tafalla presentaba el acto en el que intervenían, primero, Jesús Mosterín y, después por vía telefónica, Peter Singer. Por aquel entonces yo era OLV, no sabía quién era Mosterín ni Singer y mi conocimiento sobre filosofía y derechos animales era prácticamente nulo. Para mí fue una gran experiencia ver aquellos filósofos argumentando a favor de la defensa de los animales, de los demás animales.
Aquí quería explicar un concepto que expuso Mosterín y que a mí me impactó, por lo simple pero también revelador: el principio mafia.
La mafia se caracteriza por crear fuertes lazos de solidaridad entre sus miembros. Así que si, por ejemplo, un niño del grupo se queda huérfano, la mafia se encargará de que no le falte de nada. Por otra parte, esta capacidad de demostrar sentimientos compasivos hacia sus miembros contrasta con la total insensibilidad hacia los miembros de grupos rivales.
La conexión con el tipo de relación que tenemos con los animales es clara. Los humanos podemos desarrollar sentimientos de amor, solidaridad y compasión hacia los miembros de nuestra propia especie, pero por otro lado podemos ser totalmente despiadados con los miembros de otras especies y aquí ocuparían un lugar destacado los animales que consideramos que han de destinarse a nuestro consumo.
Voy a poner un ejemplo personal para ilustrar el concepto. Hace unos años tenía una compañera de trabajo que se vanagloriaba de cosas como las que paso a explicar.
Esta compañera, de pequeña, dejó su hámster sin comer ni beber durante días, parece que por un descuido. Cuando ya estaba casi muerto, le dio agua y comida y consiguió sobrevivir. Aquello le hacía mucha gracia y entre risas explicaba que se quedó con las ganas de volver a repetir la experiencia. Otra cosa que encontraba muy divertida era contar los gatos que había atropellado de camino a casa. También le gustaba explicar como su madre tiraba al río las crías de su gata y como éstas intentaban sobrevivir agarrándose a las piedras mientras ellas las pisaban para que cayeran al agua.
Por otra parte, esta chica, filóloga y catalanista de izquierdas (para los que piensen que la insensibilidad y el cazurrismo son algo exclusivo de españolistas y de derechas), estaba muy implicada en la vida asociativa de su pueblo, daba clases a inmigrantes, tenía muchos amigos y patatín patatán. Vamos, que no era una persona considerada mala o desalmada, más bien todo lo contrario. Decía que quería tener niños, así que seguramente algún día será una madraza que transmitirá a sus hijos los mismos valores que le transmitió la suya, la ahogadora de gatos.
Aquí quería explicar un concepto que expuso Mosterín y que a mí me impactó, por lo simple pero también revelador: el principio mafia.
La mafia se caracteriza por crear fuertes lazos de solidaridad entre sus miembros. Así que si, por ejemplo, un niño del grupo se queda huérfano, la mafia se encargará de que no le falte de nada. Por otra parte, esta capacidad de demostrar sentimientos compasivos hacia sus miembros contrasta con la total insensibilidad hacia los miembros de grupos rivales.
La conexión con el tipo de relación que tenemos con los animales es clara. Los humanos podemos desarrollar sentimientos de amor, solidaridad y compasión hacia los miembros de nuestra propia especie, pero por otro lado podemos ser totalmente despiadados con los miembros de otras especies y aquí ocuparían un lugar destacado los animales que consideramos que han de destinarse a nuestro consumo.
Voy a poner un ejemplo personal para ilustrar el concepto. Hace unos años tenía una compañera de trabajo que se vanagloriaba de cosas como las que paso a explicar.
Esta compañera, de pequeña, dejó su hámster sin comer ni beber durante días, parece que por un descuido. Cuando ya estaba casi muerto, le dio agua y comida y consiguió sobrevivir. Aquello le hacía mucha gracia y entre risas explicaba que se quedó con las ganas de volver a repetir la experiencia. Otra cosa que encontraba muy divertida era contar los gatos que había atropellado de camino a casa. También le gustaba explicar como su madre tiraba al río las crías de su gata y como éstas intentaban sobrevivir agarrándose a las piedras mientras ellas las pisaban para que cayeran al agua.
Por otra parte, esta chica, filóloga y catalanista de izquierdas (para los que piensen que la insensibilidad y el cazurrismo son algo exclusivo de españolistas y de derechas), estaba muy implicada en la vida asociativa de su pueblo, daba clases a inmigrantes, tenía muchos amigos y patatín patatán. Vamos, que no era una persona considerada mala o desalmada, más bien todo lo contrario. Decía que quería tener niños, así que seguramente algún día será una madraza que transmitirá a sus hijos los mismos valores que le transmitió la suya, la ahogadora de gatos.
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