Tengo que confesar que cuando alguien dice que los animales están para que los usemos siento la debilidad de mandarlo a la mierda. Algo parecido me pasa cuando escucho a quien justifica que las mujeres están por debajo de los hombres o que los homosexuales son unos enfermos. Sin embargo, en los dos últimos casos podría hasta hacerlo, ya que éstas ya no son las ideas "oficialmente" aceptadas, las políticamente correctas. En cambio contra los que justifican el uso de animales tienes que poner la mejor sonrisa, cargarte de paciencia y saber comunicar todos los argumentos del mundo. Necesitas una artillería de razonamientos para defender que se respete y se tenga en consideración a individuos que sienten y tienen intereses propios. Increible pero cierto.Y sin embargo, todos los argumentos del mundo, en la gran mayoría de los casos, servirán de bien poco. No es verdad que hubo un tiempo en que se escribían ensayos para defender los derechos más básicos de las mujeres o de las minorías étnicas? Pues eso, que la historia no se ha terminado.
Y en relación con esto, hace unos días, Buenafuente (el humorista del que hablé el otro día, y que conste que no tengo ninguna fijación con él) fue noticia en relación con el maltrato a los animales. Buenafuente se había adherido a una campaña contra el maltrato animal y un usuario de Twitter comentó: "Libia en plena guerra y la preocupación de Buenafuente y otros es el maltrato animal. Vaya tela", a lo que el humorista le contestó "Tú eres gilipollas". Todo esto ha traído su cola, porque es verdad que no son las mejores formas, aunque ante argumentos demagógicos y cargados de mala fe a uno se le puede ir la lengua. Somos humanos.
Los animalistas no podemos permitirnos esa despreocupación en nuestras respuestas, porque con nuestra voz estamos dando voz a otros y debemos ser responsables, aunque muchas veces se nos quede en el buche un vete a la mierda, mayúsculo.
La campaña a la que se refería pide el endurecimiento de las penas contra el maltrato animal, una eterna petición que estos días ha sido reavivada por el caso del cachorro Schnauzi, que fue grabado por su asesino mientras lo torturaba hasta la muerte. Cosas así destrozan el alma de uno. Ante tanta maldad no hay comentarios posibles. En muchas ciudades españolas se han convocado manifestaciones para el día 25 y todos los que no somos indiferentes ante el maltrato animal deberíamos asistir. Tenemos que ser muchos para que los políticos entiendan que se trata de una preocupación social y la tengan en consideración.
Aquí hay más información sobre las manifestaciones.
Esta campaña busca el endurecimiento contra una clase de maltrato animal, pero no de todo. De todos formas, se ha de ver como un paso en la carrera por conseguir el reconocimiento de los derechos de todos los animales.
domingo, 20 de marzo de 2011
domingo, 13 de marzo de 2011
Plumcake vegano de zanahoria y nueces
Como llevo una temporada muy filosófica, hoy voy a poner una receta dulce para compensar. Es un plumcake de zanahoria y nueces que aprendí en un curso de Toni Rodríguez, el chef que está detrás de Lujuria vegana (casi nada).
Ingredientes:
150 gr de harina
80 gr de azúcar moreno o fructosa
½ sobre de levadura Royal
½ cucharadita de canela
1 cucharadita de sal
150 gr de zanahorias
30-40 gr de nueces peladas
80 ml aceite de girasol
esencia de vainilla, vainilla en rama infusionada o flor de azahar infusionada (opcional)
jengibre confitado
150 ml de agua
Preparación:
Mezclar en un bol los ingredientes secos (harina, azúcar, levadura, canela y sal). Cortar en trozos muy pequeños y triturar en el minipimer las zanahorias (150 gr una vez peladas y sin las puntas) y las nueces. Añadir la mezcla al bol. Añadir el agua, el aceite de girasol, una cucharadita de esencia de vainilla (o la infusión de la vainilla en rama) o de infusión de flor de azahar y unos trozos pequeños de jengibre confitado (como un puñadito).
Preparar el molde de plumcake poniéndole papel de hornear en la base y los lados. Poner un poco de aceite en las paredes del molde para que el papel se pegue.
Precalentar el horno a 190º y hornear por el pastel por debajo a 180º hasta que al pinchar con un tenedor, salga seco. Dejar fuera del horno hasta que se enfríe y guardar en la nevera.
Un truco es que para hacer pasteles se puede sustituir la leche de soja por agua. Sale más barato y el resultado es el mismo.
A lo mejor la foto no le hace mucha justicia, pero es muy bueno y la mezcla de los ingredientes y el toque del jengibre le dan un sabor original.
Ingredientes:
150 gr de harina
80 gr de azúcar moreno o fructosa
½ sobre de levadura Royal
½ cucharadita de canela
1 cucharadita de sal
150 gr de zanahorias
30-40 gr de nueces peladas
80 ml aceite de girasol
esencia de vainilla, vainilla en rama infusionada o flor de azahar infusionada (opcional)
jengibre confitado
150 ml de agua
Preparación:
Mezclar en un bol los ingredientes secos (harina, azúcar, levadura, canela y sal). Cortar en trozos muy pequeños y triturar en el minipimer las zanahorias (150 gr una vez peladas y sin las puntas) y las nueces. Añadir la mezcla al bol. Añadir el agua, el aceite de girasol, una cucharadita de esencia de vainilla (o la infusión de la vainilla en rama) o de infusión de flor de azahar y unos trozos pequeños de jengibre confitado (como un puñadito).
Preparar el molde de plumcake poniéndole papel de hornear en la base y los lados. Poner un poco de aceite en las paredes del molde para que el papel se pegue.
Precalentar el horno a 190º y hornear por el pastel por debajo a 180º hasta que al pinchar con un tenedor, salga seco. Dejar fuera del horno hasta que se enfríe y guardar en la nevera.
Un truco es que para hacer pasteles se puede sustituir la leche de soja por agua. Sale más barato y el resultado es el mismo.
A lo mejor la foto no le hace mucha justicia, pero es muy bueno y la mezcla de los ingredientes y el toque del jengibre le dan un sabor original.
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